Pocas veces se vio un Barcelona tan superado como en la primera parte que jugó en Anoeta. Fue un muñeco de trapo a merced de una Real Sociedad que lo superó en todo -táctica, ambición, actitud- menos en una cosa: la eficacia. A nadie le hubiera sorprendido que se hubiera ido al descanso con dos o tres goles de diferencia, pero no marcó.
Con Calos Vela como director de orquesta, el conjunto vasco fue un ciclón. Recuperó muy rápido el balón y siempre buscó la llegada a través de las combinaciones de balón. El Barcelona, con un equipo muy largo y un centro del campo incapaz de tener el balón, lo pasó muy mal.
La famosa “MSN” decidió desconectarse del juego azulgrana y no sumó ni una sola ocasión de peligro en 45 minutos. Messi anduvo despistado, Suárez no tiró desmarques y Neymar no ganó ni una acción individual. Tampoco ayudaron en la recuperación.
Sofocante dominio
Las ocasiones de la Real Sociedad se fueron sucediendo: William José, Vela, Xabi Prieto, Oyarzabal… Pero ninguno fue capaz de encontrar la red, cuando muchas veces parecía lo más fácil. El entrenador del Barcelona, Luis Enrique, recibió el descanso con alivio y muchas cosas que solucionar. Fue un regalo que su equipo no recibiera ningún gol.
La segunda parte comenzó más pareja, pero curiosamente la Real Sociedad se adelantó cuando menos dominaba. Fue a los 53 minutos, a partir de un error de Piqué y Mascherano, aprovechado por William José para anotar.
El tanto despertó al Barcelona, que empató seis minutos después en su primera jugada de ataque coordinada. Neymar realizó una gran jugada individual y cedió para que Messi marcara con su calidad habitual en su primera aparición en el partido.
La Real Sociedad acusó el tanto, pero sólo unos minutos porque en el último cuarto del encuentro volvió a recuperar la inspiración. Y sólo un error arbitral le impidió volver a adelantarse.
La polémica acción ocurrió a los 77 minutos. Vela disparó, el balón tocó en el travesaño y Juanmi marcó en el rebote, pero le anularon el tanto por un presunto fuera de juego que no existió.
El final del duelo fue trepidante, con los dos equipos buscando el gol. La Real Sociedad, cada vez más fartigada; el Barcelona, agarrado a las individualidades antes que al juego colectivo. Y Vela estrelló otro balón en la madera a los 83 minutos.
Al final lo que quedó es una Real Sociedad que reforzó su gran momento de forma ante un Barcelona que se fue de Anoeta sin ganar por séptima temporada consecutiva. Llegará muy exigido al próximo clásico y con un gran debate sobre su momento de jueg