Bruno fue preso de forma preventiva en 2010 y condenado tres años después por el homicidio de Eliza Samudio, una joven modelo con quien tuvo un hijo que él se negaba a reconocer. El portero también fue sentenciado por secuestro del bebé, tras el asesinato de la madre.
El caso estremeció a Brasil. En 2010, Samudio, de 25 años, fue asesinada y su cuerpo, desmembrado, fue arrojado a los perros por los autores materiales del crimen. El cadáver nunca fue hallado. En total, el excapitán de Flamengo fue sentenciado a 20 años y nueve meses de prisión.
En 2017, el portero fue liberado por decisión judicial provisional debido a demoras en su proceso, y un club local lo invitó para disputar el Campeonato Mineiro. Pero dos meses después volvió a la cárcel cuando la medida judicial fue revocada.
En julio de este año, Bruno, de 34 años, entró al régimen semiabierto y se radicó con su actual esposa en Varginha, ciudad de Minas Gerais, a 480 kilómetros de la capital.
Para entrenar y actuar con el Poço de Caldas FC, de la ciudad homónima a 160 kilómetros de su residencia, Bruno necesitará una autorización judicial, de acuerdo con las condiciones de su régimen actual.
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