HAGAMOS LA DIFERENCIA
Guatemala necesita de usted, señor presidente
Cada cuatro años asoma al país una luz de esperanza al elegir el presidente que habrá de dirigir la nación en el próximo período. Lamentablemente la historia se repite y de inmediato aparecen alrededor del presidente los grupos que siempre han mantenido el poder, y literalmente lo ponen de rodillas y lo orientan a ejercer de acuerdo a sus intereses. Es triste hacer la comparación entre lo que ofrecen y lo que llegan a realizar ya en el ejercicio del poder. En 2016 llegó a la Presidencia Jimmy Morales, quien tuvo una oportunidad histórica, única, de cambiar los destinos del país. Nos creímos el eslogan “Ni corrupto, ni ladrón” y la trama de su película “si yo fuera presidente”. Nadie esperaba que él fuera el presidente, y ante los acontecimientos de las capturas de los gobernantes de turno y el desmoronamiento de la candidatura de Baldizón, el camino le quedó despejado y fue electo. Muchos apostaron a un cambio y pensaron que él iba a gobernar el país sin mayor presión, debido a que, en teoría, no tenía compromisos con ningún sector de poder, más que con los partidos que le permitieron participar. Sin embargo sucumbió casi de inmediato a las estructuras de poder que gobiernan el país. Fue una sorpresa ver el nombramiento de su gabinete de gobierno, con una variopinta conformación de acuerdo a intereses de sectores en particular, sin una coherencia estratégica. Desde ese momento supimos que se realizaría un mal gobierno. Después de indicar que iba a ejecutar el Plan K´atun, vimos cómo el Presupuesto desencajaba con este plan. Tristemente observamos cómo él se acopló a estas estructuras y decidió disfrutar de las mieles del poder. Al poco tiempo estaba viajando, él y sus familiares; comprando cosas superfluas con dinero del Estado y comiendo viandas servidas en Casa Presidencial.
' Cada cuatro años asoma al país una luz de esperanza, esperamos que esta no se apague luego.
Samuel Reyes Gómez
Doctor Giammattei, esperamos que a usted no le suceda lo mismo. Ojalá cumpla las promesas de cambiar a Guatemala. Si adquirió compromisos nebulosos, rompa con ellos. Estamos seguros de que Dios no le demandará cumplir compromisos oscuros. Aunque sabemos que muchos correligionarios apoyan, siempre “buscando un hueso” dentro del Gobierno, es importante que conforme un gabinete con personas capaces para el puesto, con el perfil correcto, con principios y valores. Interesante sería que los puestos los sacara a concurso público, y eligiéndolos en un comité con representatividad del Gobierno, de los sectores profesionales y de la sociedad civil. Si quiere tener resultados, debe hacer cosas diferentes. No tenga miedo en romper las estructuras del Estado. Pueden desaparecer muchos ministerios, secretarías, instituciones sin que pase nada. Haga el ejercicio, cierre los ojos y piense: “¿Qué pasaría si desaparece este ministerio?” Se sorprenderá al ver que no pasaría nada. Debe también recordar que, para propiciar el desarrollo, es importante la construcción de infraestructura, por eso la idea del “tren rápido” es buena, esperamos la cumpla, pero además deben construirse carreteras, aeropuertos, puertos. Aunado a esto es importante la educación, deben establecerse nuevos modelos y atender de inmediato el fomento de carreras técnicas es vital. Combatir el analfabetismo absoluto es necesario, pero lo es más combatir el analfabetismo funcional. Usted deberá preocuparse por las decisiones estratégicas, para ello sería conveniente conformar un “cuerpo de notables” ad honorem que le asesoren. Las decisiones operativas déjelas en manos de su vicepresidente, quien ha demostrado capacidad en los puestos que ha desempeñado. Sería triste verlo a usted “apagando fuegos” y correr a inaugurar obras que quizá usted ni contribuyó a realizar, desperdiciar el tiempo y desgastar su imagen pública. Guatemala “tiene gran potencial”, tanto en recursos como en talento, en posición geográfica, para ser un país desarrollado. Necesitamos voluntad política para poder hacerlo, y evidenciar a quienes se opongan como muy bien lo ha hecho el presidente Salvadoreño.