Saca, de 51 años, junto al exsecretario de Comunicaciones Julio Rank, y el expresidente de la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (Anda), César Funes, fue detenido la madrugada de este domingo, mientras se desarrollaba la boda de uno de sus hijos en un exclusivo restaurante del oeste de San Salvador.
También, por separado, fueron detenidos otros tres funcionarios que aún trabajan en la casa de gobierno, y un cuarto ante su búsqueda optó por presentarse a la Policía.
Los cargos que se les imputan son peculado, agrupaciones ilícitas, lavado de dinero.
“Arruinar una fiesta de boda no era necesario para los fines de este proceso, no era necesario señor fiscal”, aseguró Bonilla tras reunirse con el exmandatario en su celda en la División Antinarcóticos (DAN), de la Policía, en el sector este de San Salvador.
La abogada relató que a su defendido y al resto de detenidos “los han tratado muy bien” al recibir algunos medicamentos de un “tratamiento muy especial” que tiene Saca.
Al ser preguntada sobre el estado del exmandatario y los detenidos, Bonilla aseguró que “se encuentran tranquilos, sorprendentemente muy tranquilos y con mucha fe, porque no es fácil estar pasando una prueba como esta”.
“Ellos tienen la certeza que van a demostrar su inocencia”, indicó.
La Fiscalía tiene 72 horas para presentar el requerimiento en contra de Saca y el resto de detenidos ante un juez, que una vez lo recibe también tiene 72 horas para dirimir cómo se ventila.
