¿Cuál es su percepción sobre el proceso de elección de la Junta Directiva del Congreso?
Castillo: Lo que vemos ahora son tres personajes de la política tradicional guatemalteca, con varias reelecciones; los tres conocen a profundidad la dinámica del Legislativo y además tienen la característica de representar sectores tradicionales de poder en el país.
En el caso de Taracena, es un actor reconocido como excelente negociador político, capaz de conseguir consensos.
Oliverio García Rodas es un experto en temas de legislación, mas no un perfil de elección política, y la diputada Montenegro es respetada dentro y fuera del Congreso como una experta en fiscalización, que se ha dedicado más a fiscalizar al Ejecutivo que a sus propios compañeros legisladores.
Duarte: Taracena, durante esta legislatura, le ha puesto cuesta arriba a FCN-Nación, y sobre todo al presidente, todas las iniciativas que han tratado de impulsar.
El partido oficialista busca a Oliverio, porque lo ven como una figura que tiene mucha credibilidad dentro del Congreso, pero a cambio ellos también van a ir integrando esta directiva.
Estamos muy centrados en el tema de la Junta Directiva, pero después vienen las comisiones también. Si bien no hay mucha gente de FCN dentro de las planillas que se han mencionado, puede que dentro de las comisiones vaya a haber mucha gente de ellos presidiéndolas, sobre todo la de Economía y Finanzas, que son las que le interesan al Ejecutivo para poder impulsar todos los planes o programas que requieran durante los siguientes tres años.
¿Qué negociación pudo haber con García Rodas?
Duarte: Hay que recordar que cuando se eligió la actual directiva, que fue en enero de este año, FCN únicamente tenía 11 diputados. Entonces, a la hora que todos se mueven para esa bancada, era mucha gente del PP y Líder, que seguramente también tenían relación con Oliverio de hace años.
Realmente, a saber qué hubo detrás de esa negociación o qué le ofrecerían. Es muy difícil y sería irresponsable especular sobre cuáles serían los ofrecimientos.
Castillo: Los tres son diputados tradicionales, que en mi hipótesis son jubilados del sistema político guatemalteco. Lo que vemos es la posibilidad de que salgan en las próximas elecciones este tipo de diputados que no quieren irse del Congreso sin llevarse la medallita de haber sido presidentes. Y ese pareciera ser uno de los incentivos para cualquiera de los tres.
¿Quién es el más honesto?
Castillo: Es una pregunta de fondo. El tema de honestidad es de esas cosas que uno puede evidenciar en el relacionamiento con cada uno de ellos.
Me parece que la gran pregunta ahorita no es ni quién es el más simpático, ni quién es el más honesto o transparente; a los tres ya se les permitió su candidatura. Ahorita, la gran pregunta es ¿quién puede continuar con la agenda de reformas profundas del Estado? Esa es la principal preocupación.
Duarte: Si bien se menciona el tema de honestidad en cuanto al presidente de la Junta Directiva, también deberíamos cuestionarnos con qué gente está integrada su planilla.
Si García Rodas fuera electo, ¿podría impulsar las reformas que él mismo ha planteado?
Duarte: Va a depender mucho de la capacidad que tenga para lograr consensos. Si de por sí ya está negociando con FCN-Nación, habrá que ver si este mismo apoyo que le están dando para llegar a la Directiva se lo darán en las iniciativas.
Castillo: Tanto García Rodas como el presidente Taracena son muy efectivos haciendo negociación política. Oliverio lo que ha hecho es utilizar una mesa de seguridad y justicia en donde construyen iniciativas de ley muy fundamentadas y respaldadas técnicamente, que después son llevadas al Congreso y muchas de ellas son aprobadas.
Se menciona que atrás del apoyo a García habría una conspiración para frenar todo, hasta las reformas…
Castillo: Creo que señalamientos se le pueden hacer a los tres. Quizá la menos señalada, porque goza de una reputación de combate de la corrupción, ha sido Montenegro, pero en el caso de Taracena y García tienen un largo pasado que puede ser fácilmente criticable.
Lo que veo es un interés de los dos partidos mayoritarios del Congreso para mantener el poder de Estado, que en este momento marca el rumbo de las grandes decisiones del país.
Duarte: Hay que recordar de que todos estos dimes y diretes alrededor de que se van a traer todas las reformas está sobre todo por el tema de que hay ocho diputados con la solicitud de retirarles el antejuicio por el caso de la Gobernadora de Alta Verapaz, y además también está el diputado Ovalle, de las figuras más emblemáticas de FCN.
¿Taracena es un mal necesario?
Castillo: Es un actor histriónico dentro del Congreso y eso le ha servido para impulsar uno de los años más productivos del Legislativo en los últimos 15 o 20 años. Él no es necesariamente el actor más calificado para promover y presidir un debate y una negociación que sí sea fundamental para el país, y eso es lo que se está reconociendo en la candidatura de García.
Duarte: No hay que verlo necesariamente como un mal. Si bien no es el que merecemos como ciudadanos, sí es el que necesitamos en este momento, dado que ya nos demostró que puede impulsar una agenda de reformas y lograr consensos.