“Palabras clave: ciudades intermedias, redes de ciudades, intermediación, políticas urbanas”. Pero la historia se repite, cuando desde la Colonia se creó “La Capitanía General de Centroamérica”, con la Ciudad de Guatemala como capital y desde Chiapas a Panamá provincias con centros urbanos que podrían considerarse como intermedios, hasta la Independencia. Pero Guatemala ha sufrido una serie de problemas sociales como los terremotos que han afectado sus procesos urbanos, siendo el peor el de 1976. Y el conflicto armado interno, que ha generado una emigración de casi 1,600 mil personas, que con sus remesas sostienen en parte las economías urbanas del país.

Pero en 1957, el Estado creó el Instituto de Fomento Municipal, con el fin de desarrollar planes y “orientar a la entidad para promover el desarrollo económico y social de los municipios, para llevar bienestar y desarrollo mejorando las condiciones de vida de la población y transformar la función pública de los gobiernos locales en una actividad dinámica y eficiente que resuelva positivamente los problemas y necesidades de la comunidad”. Esa vez se desarrollaron planes reguladores por municipios, como el Plan Regional de Izabal, que generó un proyecto de una ciudad para 100 mil habitantes (inconcluso) y el Plan Regulador de Antigua Guatemala. En 1972, la Municipalidad de Guatemala realizó el Esquema de Ordenamiento Metropolitano y en 1981, el Distrito Central. En 1986 se formaron los Consejos de Desarrollo Urbano Rural, que dividieron el país en ocho regiones y proponer políticas, planes, programas y proyectos de desarrollo

En tanto, Cimes plantea un programa internacional de ciudades intermedias y urbanización mundial “que, pese a la enorme diversidad que caracteriza desde sus inicios al fenómeno urbano, la atención sobre sus procesos y resultados suelen centrarse en pocas y concretas realidades. Sabemos cada vez más de los procesos de metropolización y de las grandes aglomeraciones urbanas, pero mucho menos de las otras escalas urbanas”. El adjetivo intermedio/intermediario, cuyo empleo se inició en los medios académicos a mediados de los ochenta, dilata el significado de la denominación a la que sustituye: ciudad media (GAULT, M. 1989; BOLAY, J.C. et al, 2003). La dimensión, la talla demográfica y la extensión física eran las variables que contribuían, mayormente, en la delimitación/definición de ciudad media, variables que actualmente se consideran demasiado rígidas y estáticas. Por el contrario, intermedio/intermediario introduce tres nuevas dimensiones: los temas de conectividad y movilidad vuelven a retomarse en la tipología de infraestructuras de transporte y comunicación. En los proyectos realizados, la prioridad la ostenta el transporte público urbano, autobuses, metro y tranvía. Estas materias vuelven a ser protagonistas en los proyectos de futuro, junto con los puertos, áreas logísticas y áreas de intercambio de transporte y mercancías”.

Mientras, Enade (la empresa privada) toma algo de Cimes y utiliza al Estado para “empezar a trabajar el problema metropolitano, que frene el crecimiento acelerado de la Ciudad de Guatemala, para permitir un desarrollo armónico de otros polos que se localizan en el interior del país”. Pero el gasto social del Estado apenas alcanza el 6% del producto interno bruto (PNUD). Al mismo tiempo, en la conferencia de las Naciones Unidas sobre vivienda y desarrollo urbano sustentable (Quito Oc. 17-20 2016), se presentó otra opción: el Estado, con el Lincoln Institute, enfocado en promover la capacidad municipal para obtener una salud fiscal, ayudando a las ciudades utilizar la tierra como instrumento financiero en base a los impuestos sobre esta, para poder financiar las infraestructuras necesarias.