Croacia fue superior a un adversario menor que solo creyó en sus posibilidades en un tramo de la segunda parte. Pasado ese momento, el equipo de Ante Cacic mantuvo la autoridad en el partido.
De hecho, comandado por el centrocampista del Real Madrid Mateo Kovacic e impulsado por el talento y la imaginación de Ivan Perisic, asumió el mando desde el principio y cercó el área local. Encontró el gol en el minuto 18, cuando Mandzukic, en el segundo palo, remachó en la línea de meta un remate inicial de Andrej Kramaric.
El cuarto tanto en dos partidos del delantero croata supuso un mazazo para Finlandia, que careció de capacidad de reacción.
El preparador finés Hans Backe dio entrada a Rasmus Schulle por Kari Arkivuo en el intermedio y su equipo mejoró. Tiró de una presión alta y dificultó el juego de Croacia, que pasó apuros para mantener el balón, aunque el portero Danijel Subasic apenas tuvo que intervenir.
Poco a poco la insistencia finlandesa, sin premio alguno, decayó y Croacia se hizo fuerte. Las ocasiones visitantes llegaron. Como una jugada individual de Ivan Perisic en contraataque que culminó con un disparo al palo izquierdo de Lukas Hradecky, que pudo suponer la sentencia al choque.
La presión finlandesa desapareció del todo en el tramo final. Croacia recuperó la posesión de la pelota y pudo ampliar su renta. Como el disparo de Duje Cop, desde el borde del área. El meta local consiguió amarrar el balón tal y como hizo en la jugada siguiente, en un tiro de Mandzukic, que desperdició una buena ocasión.
Con el partido roto y las fuerzas justas en Finlandia, el conjunto de Ante Cacic multiplicó sus llegadas al área local.
Cop tuvo el gol en sus botas con un lanzamiento lejano, desde veinte metros, para culminar una acción individual. Hradecky apareció de nuevo para evitar el tanto con una gran parada.