VENTANA

Aldea Guineales

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Tomé ixbut para que me bajara la leche cuando amamanté a mis dos hijos. Cada vez que viajo al Lago de Atitlán entro al tuj, el baño de vapor maya, y salgo totalmente renovada. Una amiga k’iché’ me recomendó matasano para la presión alta de un familiar y, si era necesario, que tomara un té de semilla o corteza de la ceiba, por sus propiedades diuréticas. Total, los chapines mayas y no mayas hemos crecido utilizando remedios tradicionales junto con la medicina occidental. Cuando la ministra de Salud, Lucrecia Hernández Mack, tomó la excelente decisión de darle luz verde al Modelo Incluyente e Integral de Salud (MIS), algunos guatemaltecos pegaron el grito en el cielo. ¿Por qué? Me alegra que la ministra Hernández se sienta comprometida con su trabajo. Guatemala necesita líderes así. Hago la salvedad de que no la conozco. Simplemente su trabajo trasciende.

El MIS es un programa estratégico que combina los conocimientos de los terapeutas mayas con la medicina occidental. Lleva 15 años de investigación y ejecución y se ha ganado la confianza de la gente. Se implementa en el idioma local. En las comunidades donde se ha realizado disminuyó la desnutrición crónica, la muerte materno infantil y aumentaron las vacunaciones. Ha sido un plan piloto exitoso que se ha replicado en Perú y en Bolivia. Sin embargo, en Guatemala se conoce poco.

Desde el 2004, este modelo preventivo y curativo se empezó a desarrollar en la aldea Guineales, ubicada en la bocacosta, en el municipio de Santa Catarina Ixtahuacán, y en San Juan Ostuncalco, municipio de Quetzaltenango. Casi 20 mil personas de origen mam y k’iché’ han recibido la atención de primer nivel, que comprende tres programas de salud: 1. El programa curativo como preventivo, que es individual, va dirigido a cada persona de acuerdo con el ciclo de su edad. 2. El programa de prevención en la unidad familiar. Las familias reciben la visita de un agente de salud comunitario que les orienta en diversos temas, entre ellos el riesgo ambiental como el uso del agua, la basura y los plaguicidas. En el campo psicosocial, además de contemplar la atención del adulto mayor, se refiere a temas puntuales como la violencia intrafamiliar y el abuso sexual. 3. El programa de promoción de salud comunitario trabaja en conjunto con los consejos comunitarios de Desarrollo. Se coordinan las actividades entre los terapeutas mayas y las comadronas. Desarrollan programas educativos y campañas de comunicación escrita y radial. Controlan el buen estado del agua, su abastecimiento, el manejo de la basura, los plaguicidas y otros peligros que se identifiquen durante el trabajo comunitario y las visitas familiares.

¿Por qué los funcionarios anteriores que asumieron esa cartera no le pusieron atención al MIS? Ahora la buena noticia es que este programa es revolucionario. Porque así como salva vidas fortalece el tejido social comunitario, está uniendo a nuestras culturas desde la buena voluntad y está activo en 147 puestos de Salud, en Zacapa, Sololá, Quiché y Huehuetenango. A mí me alegra que esto ocurra, porque los guatemaltecos tenemos que ponerle atención a lo que sí está funcionando. Debemos ver hacia nuestro potencial, no hacia al punto negro que convierte a la vida en un problema que niega la riqueza de nuestra diversidad. “¿La ütz a wäch? ¿Cómo estás? ¿Cómo está tu corazón?”, preguntó el Clarinero en kakchikel.

P.D. Los guatemaltecos no podemos olvidar que “sin libertad de expresión sencillamente no hay libertad”.

clarinerormr@hotmail.com

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