El costo es cubierto por los efectivos, debido a que, según el ministro de Gobernación, Carlos Menocal, el Ministerio de Gobernación tiene más de 13 años de no proporcionarles prendas de vestir a los más de 20 mil 18 agentes, 270 oficiales, así como a los estudiantes de la Academia, pese a que en el 2007 se efectuó el cambio al uniforme negro usado actualmente.
Hasta el momento, el ministro no define cuándo ni con quién se reanudará el negocio de los uniformes, pues aún no ha decidido qué hará con los cientos de trajes que se encuentran en las bodegas de la Industria Militar (IM).
Esta entidad suscribió un contrato con Gobernación por Q162 millones, de los cuales se les pagó Q124 millones por uniformes que no fueron entregados porque supuestamente no cumplieron con los requisitos del contrato; además, el negocio fue declarado lesivo para los intereses del Estado.
Mientras el Ministerio Público (MP) realiza la investigación para determinar qué pasó con los fondos y el contrato, los policías se ven en la necesidad de comprar sus prendas. Con un sueldo de Q3 mil 500 mensuales deben disponer de Q250 para el vestuario de trabajo, sin contar el costo del calzado.
El ministro de Gobernación asegura que no puede prohibir a empresas o sastrerías que los confeccionen, pues los agentes deben renovar su vestimenta mientras se soluciona esta situación.
En febrero del 2008, Gobernación solicitó 42 mil uniformes y sombreros para la PNC, y el 5 de abril último, la PNC licitó la compra de uniformes, zapatos, suéteres y chumpas para los estudiantes del curso básico de aspirantes a la Academia de esa institución, según se revela en el portal de Guatecompras.
Diferentes precios
En el contrato con la IM estos son los costos de los implementos: quepis, Q529; gorras, Q18; suéteres, Q142; field jacket, Q860; botas, Q242; capas, Q226; trajes de saco y pantalón, Q1 mil 323; uniformes de gala, Q2 mi 80.
Mientras en la calle los precios son los siguientes: quepis, Q300; gorras, Q15; suéteres, de Q80 a Q100; field jacket, Q500; botas, Q175; capas, desde Q75; trajes de saco y pantalón, Q500; uniformes de gala, Q800.
Helen Mack, comisionada presidencial para la Reforma Policial, refiere que en muchas oportunidades se ha favorecido a la IM cuando hay otras entidades que pueden elaborar los uniformes con la misma calidad y a mejor precio.
En tres días
Fermín De Paz, propietario de Trajes Xivir, ubicada frente a la Academia de la PNC, afirma que tiene más de seis meses de elaborar uniformes.
“Si alguien me lo pide, en tres días los tenemos completos”, asevera De Paz, en el momento en que muestra algunas confecciones.
En esta sastrería los agentes no solo pueden conseguir el traje de uso diario, sino también el tipo comando, de gala y chumpas, entre otras prendas.
“Nosotros usamos las telas y colores indicados, y la ventaja de hacerlo con nosotros es que se los pueden tallar, y se les hacen los arreglos que necesiten”, comenta Xivir.
Los uniformes también incluyen insignias y monogramas.
Unos metros adelante se localiza la sastrería más famosa del área, cuyo propietario es Toribio Yup, un ex agente de la Guardia de Hacienda.
En su comercio se observa la máquina de coser de pedal y varios estantes en donde hay zapatos, mochilas, capas, grilletes, pines, monogramas, charreteras (las que indican el rango del policía), fundas para pistolas, zapatos y botas.
“Ya tengo varios años de vender; más ahora que no les han dado uniforme a los policías. Ellos nos buscan y se los hacemos”, detalla Yup.
Cuenta que se inició con la venta de cinchos, y como poco a poco le hacían más pedidos, fue sumando productos a su negocio. Allí los policías también encuentran quepis, gorras, lapiceros y encendedores.
Otros confeccionistas han decidido no pagar un local comercial, y con la autorización de los agentes ingresan en las instalaciones para vender sus productos.
Aquí, los efectivos, un poco temerosos y sin querer dar su nombre, dicen que a veces solo pueden gastar en dos uniformes por año, debido a la situación económica que enfrentan.
Los vendedores que llegan afirman que uno de los productos que más se vende es el uniforme negro, así como todo lo que tiene que ver con el calzado.
Además, todos los domingos se ubica frente a la Academia de la PNC un picop en el cual se vende ropa, zapatos, charreteras, fundas para pistolas, suéteres, chumpas y pines.
A esto se unen otras empresas y entidades que también elaboran estas prendas de vestir en diferentes áreas del país.
En los departamentos
Mack asegura que al efectuar una visita a las diferentes comisarías del país se localizaron diversos comercios que venden estos implementos.
En Huehuetenango, por ejemplo, se encontró que un uniforme completo, con todas sus insignias, botas, gorra y sombrero, cuesta de Q1 mil y Q1 mil 600, precio que depende de la calidad de la ropa. El costo puede variar si se añaden otros accesorios, como gorgoritos, grilletes, linterna, cinturones y mochilas.
Uno de los policías explica que desde que salió de la Academia no ha recibido una sola prenda y recuerda que allí le entregaron dos pantalones y dos camisas, las cuales ya se desgastaron, por lo que se ve en la necesidad de adquirir vestuario nuevo en la calle.
Un inspector de la PNC, quien no quiso identificarse, reveló que todos los agentes deben comprar sus atuendos, por lo cual han proliferado los comercios particulares.
También los delincuentes
Una de las dificultades de la venta libre de uniformes es que también los compran los delincuentes.
El 23 de febrero último, en Bárcenas, Villa Nueva, durante un allanamiento se hallaron varios uniformes como los usados por agentes de la PNC y de seguridad privada.
El 23 de diciembre del 2008 fue capturada en la carretera a El Salvador una banda cuya forma de operar consistía en disfrazarse de policías para cometer una serie de secuestros.
En la Fiscalía contra el Crimen Organizado se investigan varios casos derivados de allanamientos en los que se localizaron uniformes e insignias.
Los investigadores afirman que a los particulares que se les descubre con estos objetos se les puede acusar de uso indebido de uniformes e insignias.
Rony López, fiscal contra el Crimen Organizado, asegura que por este delito solo se aplica una multa de Q100 a Q500.
El jueves último, el Tribunal Noveno de Sentencia inició el juicio contra seis personas que llevaron a cabo un allanamiento ilegal en una casa de cambio ubicada en la 7a. avenida 12-10 zona 1.
El sindicado Wálter Javier Juárez Marroquín, de 23 años, portaba un chaleco de la División de Investigación Criminal, y Jorge de Jesús Cordero Rodríguez, 24, estaba vestido con el uniforme negro de la Policía.
También por este caso se emprenden acciones judiciales contra Ángel Nicolás Socop Soc, 28; Ángel Castillo Trejo, 32; Carlos Jorge Razo Zabaleta, 28, y Hugo Rubén Méndez, 29.
Otros casos como este han sido denunciados por ciudadanos, pero serán difíciles de erradicar mientras las autoridades no logren proporcionarles vestuario a los agentes policiales.