“A las autoridades no les interesa mantener estas actividades culturales propias del pueblo xinca. Parece que lo que quieren es acabar con nuestras costumbres, porque esta administración nos quiere prohibir la celebración”, agregó.
Para recaudar fondos y sufragar los gastos de la festividad esta comunidad indígena planificó instalar ventas en las calles de la ciudad, pero la comuna se los prohibió.
El alcalde comunitario Dimas Ramírez expuso: “A mí me tratan de loco, de indio shuco, porque defiendo los derechos de mi pueblo”.
Clementino Cano, juez de Asuntos Municipales, refirió que hace dos años se emitió un acuerdo municipal que establece que la feria debe instalarse en el campo que se encuentra a cinco kilómetros de la población.