Desde el inicio de su gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador decretó un severo recorte al gasto y a la inversión de dinero público.
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Quién gana y quién pierde en México con la “austeridad republicana” de AMLO
Se llama "austeridad republicana" y es uno de los temas que más polémica causa en México.
La "austeridad republicana" beneficia a los ancianos en México. (Foto Prensa Libre: AFP)
La medida, que quedó formalizada en la Ley Federal de Austeridad Republicana, aprobada por el Congreso de la Unión, provocó el despido de miles de empleados del gobierno, la cancelación de contratos y licitaciones, reducción de salario a los altos funcionarios y una drástica reducción en el gasto cotidiano de las autoridades.
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Según López Obrador esta medida se aplica porque en los gobiernos anteriores se cometieron excesos en el gasto público.
“Los lujos, los dispendios y la opulencia que caracterizaban el ejercicio del poder han llegado a su fin”, establece en el Plan Nacional de Desarrollo 2018-2024.
“El gobierno actual está decidido a eliminar los privilegios del poder y prebendas de que han disfrutado los funcionarios de nivel alto y medio”.
La polémica
El recorte del presupuesto ya causa estragos en el país, coinciden especialistas.
Una de las primeras consecuencias es el pronóstico de crecimiento de la economía, que al inicio del gobierno el 1 de diciembre de 2018 se esperaba que fuera del 2% para este año.
Ahora las consultoras financieras y organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), advierten que el Producto Interno Bruto (PIB) de México crecerá 0.9%.
En parte es consecuencia de la “austeridad republicana” explica José Luis De la Cruz Gallegos, el director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico.
“Hay un impacto por esta decisión de reducir el gasto de inversión y aplicar programas de austeridad y reordenamiento de la hacienda pública”, dice a BBC Mundo.
Pero algunos creen que hay otras razones. A México le afecta la desaceleración en la economía de Estados Unidos y Europa, asegura Rogelio Ramírez de la O, asesor económico de López Obrador en la campaña presidencial de 2006 y fundador de la empresa de análisis Ecanal.
Y además algunos proyectos oficiales están en proceso de aplicarse. “No veo yo una relación con el programa de austeridad”, dice a BBC Mundo.
“Lo que puede haber es que ciertos programas de inversión que han tomado tiempo para desarrollarse”. El especialista reconoce que existen algunas consecuencias por la reducción del gasto público.
Pero al mismo tiempo hay grupos y actividades que resultan beneficiados, como los jóvenes, ancianos, campesinos marginados y comunidades indígenas.
El factor Juárez
La “austeridad republicana” es un concepto que López Obrador adoptó de los gobiernos de Benito Juárez, el presidente mexicano que más admira.
Básicamente se refiere a administrar al país sin dispendios, lujos o grandes sueldos, algo que en la época del presidente Benito Juárez —mediados del siglo XIX— era indispensable: el país vivió una guerra civil y dos invasiones, de los ejércitos de Francia y Estados Unidos.
Desde el 1 de diciembre de 2018, cuando asumió la presidencia AMLO, como se le conoce en México, estableció una estricta política en el gasto del gobierno.
En principio se redujo el sueldo a la mitad de lo que recibía su antecesor, el expresidente Enrique Peña Nieto. El salario de López Obrador es de 108.000 pesos al mes, unos US$5.700.
Ahora, legalmente ningún funcionario puede ganar más que el presidente.
También ordenó cancelar las plazas de asesores, direcciones adjuntas, la compra de automóviles nuevos, seguros médicos privados, bonos extraordinarios, guardaespaldas o el pago de comidas y servicio de telefonía celular.
Se suspendieron contratos de obras públicas, como el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), así como la operación de gasoductos para producir electricidad.
Otra de las medidas fue concentrar todas las compras del gobierno federal a través de la Secretaría de Hacienda.
Algo distinto a gobiernos anteriores, donde cada una de las secretarías y dependencias realizaban sus propias licitaciones, a veces con precios diferentes para los mismos productos.
Además se recortó a la mitad el dinero para viáticos de comida, publicidad en medios de comunicación y viajes al extranjero, por ejemplo.
De hecho, desde mayo pasado todos los viajes al extranjero de los funcionarios deben ser autorizados por el presidente López Obrador.
Los perjudicados
El impacto de la austeridad pública se nota en algunos sectores. Un ejemplo es la distribución de medicinas en hospitales públicos.
La Secretaría de Salud suspendió la compra de medicamentos a tres de los principales proveedores del gobierno, porque se detectaron irregularidades en el precio de los productos.
El resultado fue que durante algunas semanas hubo desabasto de algunas medicinas, como retrovirales para atender el VIH.
Otra consecuencia fue el despido de empleados públicos. Un memorándum firmado en mayo por AMLO ordenó cancelar puestos de confianza y los contratados por honorarios.
Más de 20.000 personas han sido despedidas desde enero pasado, según datos oficiales.
Una de las áreas con más problemas es la construcción, que registró una caída de 6,2% en 2019 según datos del gubernamental Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (Inegi).
¿Por qué siguen las obras del aeropuerto de Texcoco en México si AMLO anunció su cancelación?
Es una de las tres actividades más importantes en la economía mexicana, advierten especialistas.
“La construcción de las grandes obras del gobierno mexicano tienen una estrecha vinculación con el sector privado, y éste a su vez se vincula con 50 ramas de la economía” asegura De la Cruz Gallegos.
A estos problemas por la estrategia de austeridad se suma el inicio de un nuevo gobierno que, al menos en los últimos 30 años, suele afectar a la economía dice Carmen Luna, editora en la revista especializada en finanzas El CEO.
“Es positivo que se hagan estas revisiones en el gasto público. El problema es que han estado mal aplicadas” le dice a BBC Mundo.
“Terminó por ser un lastre a la economía que de por sí en un cambio de gobierno se suele ver afectada por la curva de aprendizaje de los nuevos integrantes y los retrasos en el gasto público”.
Los beneficiados
Pero en este escenario también hay grupos beneficiados por la austeridad oficial. Es el caso de los jóvenes para quienes se establecieron programas de becas y empleo.
Uno de ellos, por ejemplo, promueve la contratación de aprendices en empresas, talleres o restaurantes. El gobierno se encarga de pagar el sueldo de los jóvenes quienes reciben 3.600 pesos mensuales (US$190).
Hasta ahora el programa apoya a más de 900.000 personas de acuerdo con el presidente López Obrador.
Otro es un sistema de becas para los estudiantes en situación de pobreza, así como uno más para quienes viven en las ciudades y estudian el bachillerato y universidades.
En este sector los beneficiados son más de 2,4 millones de acuerdo con la Secretaría de Educación Pública.
Otro grupo beneficiado con la “austeridad republicana” son los ancianos, a quienes se duplicó el subsidio que reciben cada mes.
En este programa reciben apoyo siete millones de “adultos mayores” (de más de 60 años), pero la meta es que se entregue a un millón más. Cada uno recibe 2.500 pesos al mes, unos US$135. También se estableció un programa de precios de garantía para los campesinos marginados.
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La estrategia consiste en comprar sus productos, como maíz o leche, con un pago mayor al del mercado agrícola del país.
¿Cómo se ha conseguido a pesar del impacto de la “austeridad republicana”?
Porque la estrategia se ha concentrado en cortar gastos innecesarios, duplicados o en lujos explica Rogelio Ramírez.
“Son reasignaciones. Cuando se reduce el gasto corriente en duplicaciones por ejemplo, eso se convierte automáticamente en una asignación a programas sociales”.
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