Comunitario

Implementarán la curación ancestral

Remedios tradicionales se combinan con la  medicina occidental, por lo que Salud publica será más incluyente.

Desde la perspectiva maya, las enfermedades pueden ser causadas por las malas energías, los enojos, embrujos, envidias o malas prácticas. (Foto Prensa LIbre: Hemeroteca PL)

Desde la perspectiva maya, las enfermedades pueden ser causadas por las malas energías, los enojos, embrujos, envidias o malas prácticas. (Foto Prensa LIbre: Hemeroteca PL)

El mal de ojo, la mollera caída, susto y niño chipe son  términos de la cultura popular y tradicional empleados para describir enfermedades en los menores, y cuyos conceptos y curación son ahora  incluidos en 141 puestos de salud del país.

En las comunidades, especialmente en las más aisladas,  es normal encontrar un curandero o terapeuta indígena, una  persona que sin ser médico trata diversas afecciones digestivas, de la piel y hasta espirituales en niños y adultos.

Reconoce creencias

Lucrecia Hernández Mack, ministra de Salud,  indicó que    los terapeutas indígenas  ya son incluidos en los puestos de salud en el área rural, para que atiendan males propios de la comunidad con el asesoramiento de ese ministerio.

La propuesta, ya en marcha en 141 puestos de salud, es que el Modelo Incluyente de Salud (MIS), sea la estrategia nacional de fortalecimiento del primer nivel de atención del Ministerio, para descongestionar los hospitales, la seguridad alimentaria y la reducción de la desnutrición crónica.

En un manual elaborado por la cartera de Salud,  que recopila los conocimientos de los remedios ancestrales, se  resalta que la medicina tradicional aún es utilizada por una buena parte de la población guatemalteca.

Por eso, lo que se busca es complementar el sistema institucional con los sistemas comunitarios, con intercambio de conocimientos entre los terapeutas mayas y los auxiliares de salud, atendiendo cada quien en su ámbito, pero con coordinación y comunicación que permita salvar vidas.

Males curables

Desde la perspectiva  maya, las enfermedades pueden ser causadas por las malas energías, los enojos, embrujos, envidias o malas prácticas.

Otros males, como el alboroto de lombrices y el empacho prevalecen en la sociedad y para eliminarlos, según la tradición popular, existen diferentes métodos, ya sea con la ingesta de plantas medicinales o con el traslado de energía positiva a través de rituales religiosos.

Por ejemplo, de acuerdo con  las culturas indígenas, uno de los rituales para eliminar el mal de ojo se realiza cuando el niño se encuentra dormido, ya que es el momento preciso cuando el mal está desprevenido.

El curandero sujeta una rama de chilca, sacude al infante y lo llama por su nombre nueve veces  por nueve días.

Otra de las prácticas  es la utilización de un huevo de gallina, el cual se pasa sobre y debajo del cuerpo del menor, si el huevo se cuece en el momento significa que se logró extraer el mal.

En el área rural, sobre todo, se mantiene la creencia de  que las enfermedades físicas y espirituales en adultos son ocasionadas por la transgresión de algunas normas, como el irrespeto a la naturaleza, conductas inmorales o falta de respeto a los padres.

Comadronas

Otro  ejemplo, son las comadronas, quienes son responsables de la atención de la mujer durante el  embarazo para el diagnóstico,  atención del parto y posparto.

Su labor está basada en la comprensión de los ciclos de la luna,  mediante la  cual pueden definir el sexo del bebé.

Una de las  recomendaciones que dan las comadronas a las mujeres embarazadas es no bañarse un día después de la luna llena, pues consideran que el agua ha sido lastimada por el reflejo lunar y puede  ocasionar daños al neonato.

Según las creencias, cuando hay  efecto de luna la embarazada no debe  salir de su casa, ya que puede causar malformaciones en el bebé, y debe colocarse ganchos de ropa en el estómago o delantal para su protección.

Desde esa perspectiva,  también existe una enfermedad en  recién nacidos a la que llaman “cabeza aguada”, aunque científicamente se cree que se trata de   hidrocefalia.

ESCRITO POR:

José Manuel Patzán

Periodista de Prensa Libre especializado en temas de seguridad, con 18 años de experiencia en periodismo escrito, radial y televisivo. Reconocido con el premio Periodista del Año de Prensa Libre en 2016.

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