Debido al viento, la ceniza afectó siete departamentos del suroccidente y 47 municipios, en un área de dos mil 495 kilómetros cuadrados.
La caída de material volcánico, después de la primera explosión, a las 3.30 horas, se confirmó en Santiago Atitlán y San Lucas Tolimán, Sololá; Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla; regiones de Mazatenango, Suchitepéquez, y Retalhuleu.
La ceniza dispersa en el aire causó el desvío del tránsito aéreo en algunas zonas del país e interrumpió por momentos el tránsito en las carreteras, debido a la escasa visibilidad.
La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) declaró alerta naranja y habilitó dos puestos de comando, uno en San Juan Alotenango, Sacatepéquez, y otro en la finca Pantaleón, Escuintla, para coordinar los trabajos de emergencia y evitar que pobladores permanezcan en las cercanías.
En Escuintla, ocho comunidades también se encuentran cercanas al volcán, pero anoche no se decidía su evacuación, pues no representaba peligro inmediato, dada su posición contraria al descenso de lava.
La sexta erupción del Volcán de Fuego comenzó ayer, 10 días después de la quinta actividad del año.
Esta vez, la violencia de las erupciones obligó a la Conred a incrementar de inmediato el nivel de alerta y empezar la evacuación de las comunidades más cercanas.
Cuerpos de socorro y entidades que integran la Conred también dispusieron de los puestos de comando, y desde entonces trabajan para mantener desocupados los alrededores del volcán.
Evacuación
En Ceilán, Escuintla, la energía eléctrica se interrumpió. Los pobladores necesitaron linternas desde las 14 horas de ayer, debido a la densa nube de ceniza.
“Tenemos temor, y no sabemos por dónde salir. Las autoridades no nos han indicado qué hacer, debido a que no pueden ingresar, porque en el río La Trinidad está bajando material volcánico y es peligroso. Hemos quedado atrapados”, relató vía telefónica María Pineda, residente de Ceilán.
Francisco López, del caserío Guadalupe, agregó: “No vamos a salir, porque no podemos dejar nuestras cosas, ya que en estas situaciones los ladrones se aprovechan para saquear las viviendas”.
En las comunidades priorizadas, los evacuados utilizaban carretas, picops y hasta camiones para salir apenas con lo indispensable, mientras dejaban abandonadas sus casas.
En los caminos se podía ver que las madres cubrían a sus hijos con frazadas, para protegerlos de la ceniza que flotaba en el ambiente, al ir hacia alguno de los albergues dispuestos en Santa Lucía Cotzumalguapa.
En San Juan Alotenango y en la finca Pantaleón se habilitó un centro de operaciones de emergencias (COE). En esos se evalúa a vecinos evacuados de las comunidades cercanas al volcán, y donde la ceniza y lava cayó sobre gran parte de las viviendas, por la explosión de uno de los cráteres del coloso.
En Escuintla y San Pedro Yepocapa, las comunidades El Rodeo, Panimaché, Morelia y Santa Sofía son las más afectadas, según la Conred.
Teresa de Jesús Chocoyo, gobernadora de Escuintla, informó que se habilitó como albergue una escuela y la Secretaría de Obras Sociales de la Presidencia coordina las acciones y dispone de otros espacios, por si es necesario evacuar gente de otras comunidades.
“Se cuenta con colchonetas, agua pura y raciones para las familias”, aseguró Chocoyo.
Las tareas de evacuación se priorizaron, según la Conred, en las zonas de más peligro. Sin embargo, vecinos de otras comunidades afirman estar en riesgo.
Cecilio Chacaj, vocero de los Bomberos Municipales Departamentales, informó que las tareas de evacuación se extendieron hasta horas de la noche, cuando la lluvia impidió continuar con el rescate.
Vuelven retumbos
Líderes del sector informaron que los retumbos en esta ocasión han sido constantes y fuera de lo normal, pues van acompañados de pequeñas réplicas de sismos.
Los sistemas de monitoreo de radio de la Conred reportaron durante casi todo el día explosiones del coloso, aunque no existen reportes de daños en los centros poblados.
La Conred señaló que los flujos de lava descienden principalmente en dirección de Barranca Ceniza, mientras las explosiones moderadas y fuertes llegaron a alcanzar tres mil metros de altura sobre el cráter, que formaron columnas de ceniza.
La Conred señaló que anoche había descendido la actividad del volcán, aunque se mantenía la lluvia, que podría generar derrumbes que arrastren el material volcánico.
Según el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh), anoche la columna volcánica había descendido de dos mil a unos 400 metros de altura, y que los flujos de lava eran uno o dos por hora.