“El martes, segundo día de la fiesta de Pesaj, éramos unas 20 personas ante la sinagoga cuando tres hombres encapuchados llegaron con una bandera rusa y una bandera de la república (autoproclamada) de Donetsk”, dijo. “Uno de los tres hombres insistió en que leyéramos las octavillas que tenía en la mano. Nosotros nos negamos si no se quitaba la capucha. Entonces, pegó panfletos en la sinagoga y los tres se fueron”, precisó.
“En esas octavillas habían escrito que todos los judíos estaban convocados el 3 de mayo en la administración municipal para pagar un impuesto de 50 dólares y justificar la posesión de su vivienda y de su automóvil, so pena de ser expulsados de la región de Donetsk. El documento llevaba el sello oficial y la firma de un responsable de la ‘República de Donetsk’, Denis Pushilin”, agregó Krasnopolski.
Pushilin, uno de los jefes de los rebeldes prorrusos que se apoderaron de la sede de la administración regional en Donetsk, desmintió el viernes que hubiera firmado esos panfletos. “Se han distribuido octavillas en nuestro nombre, pero se trata de una provocación, mi firma fue imitada”, declaró durante una rueda de prensa en Donetsk.
El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, maniestó su rechazo el jueves a las informaciones que señalaban la obligación para los judíos ucranianos de registrarse como tales en Donetsk. “No es sólo intolerable, sino también grotesco. Va más allá de lo inaceptable”, indicó Kerry durante una rueda de prensa en Ginebra, al terminar una reunión con Rusia, Ucrania y la Unión Europea para disminuir la tensión en Ucrania.
“Lo que sucedió huele a provocación. Pero quién está detrás de esta provocación, eso se ignora por el momento”, comentó el rabino de Dongass (región del este de Ucrania), Pinjas Vyshedski.
Sin embargo, el desmentido de Pushilin no pareció convencer totalmente a Krasnopolski. “El antisemitismo se expresa abiertamente en Rusia y los insurgentes prorrusos coordinan totalmente sus actividades con los servicios especiales rusos”, afirmó, sugiriendo que esas octavillas “pueden ser una provocación como los rusos saben organizar”.
La comunidad judía de Donetsk está integrada, según Krasnopolski, por unas 10.000 personas, de las cuales 1.000 son miembros activos. “Si nosotros volvemos a tener problemas, la comunidad de la vecina ciudad de Dnipropetrovsk, que cuenta con 10.000 miembros activos, vendrá a socorrernos”, aseguró Krasnopolski.
“Putin dijo que en Ucrania los antisemitas llegaron al poder, eso no es cierto. Hace 40 años que vivo en Donetsk y nunca me pareció que fuera así”, agregó.
Por otra parte, Krasnopolski está preocupado por el desarrollo del movimiento prorruso en el este de Ucrania y el papel de Moscú en la crisis. “Nosotros recordamos lo que sucedió a los judíos en la Unión Soviética. No queremos encontrarnos nuevamente en Rusia”, advirtió.