El vocero de los bomberos de Comayagua, Josué García calificó de “dantescas” las escenas que observó en el lugar, cuando participo en las labores para extinguir el fuego. Relató que muchos reclusos perecieron en medio de la desesperación al no poder salir de sus celdas.
“Unos 100 prisioneros murieron calcinados o asfixiados por los gases provocadas por las llamas en el interior de sus celdas, que estaban aseguradas con candados. Lamentablemente no pudimos sacarlos por no tener las llaves a mano y no hallar al guardia que las portaba” , añadió.
Lucy Marder, directora del Departamento de Medicina Forense del Ministerio Público, dijo que “la cifra de muertos podría ser superior a los 300 prisioneros”.
En una rueda de prensa transmitida por la radio nacional, Marder indicó que un equipo de médicos de la fiscalía se ha trasladado a Comayagua a realizar las tareas de identificación.
“Tenemos un gran trabajo por delante, que podría durar dos semanas” , para identificar los cadáveres, dijo.
Informó que una mujer, que realizaba una visita conyugal a su marido, pereció en el incendio.
En la cárcel había 852 reos. Al pasar la lista en la madrugada, faltaban 356.
“La mayoría de ellos podría haber muerto, y otros resultaron con quemaduras, escaparon o sobrevivieron” , dijo a The Associated Press Ramón Custodio, comisionado nacional de Derechos Humanos..
Marder añadió que nueve reclusos con quemaduras graves recibían asistencia médica en el Hospital Escuela de Tegucigalpa, y otros 12 en el Hospital Santa Teresa de Comayagua. Así, sumaban 21 los hospitalizados.
“Por eso, la cifra de fallecidos podría ascender a medida que hacemos el recuento”, señaló.
Las autoridades investigaban si el incendio fue provocado por reos amotinados o por un cortocircuito, dijo Danilo Orellana, jefe del sistema nacional de prisiones.
Uno de los prisioneros, que se identificó como Silverio Aguilar, declaró a la emisora HRN, que desconocía cómo se originó el incendio.
“De repente alguien gritó: Fuego, fuego, fuego… y sentí miedo y comencé a pedir auxilio junto a mis compañeros de celda” , relató.
“Por un rato nadie nos hizo caso, pero después de unos minutos, que se nos hicieron eternos, un guardia apareció y nos abrió el portón de la celda, que estaba con candado” .
En esa celda habían más de 60 reos, señaló.
Cientos de familiares acudieron a toda prisa al Hospital de Santa Teresa en Comayagua, para averiguar la situación de sus seres queridos, dijo Leonel Silva, jefe de bomberos en la ciudad.
El ministro de Seguridad, Pompeyo Bonilla, dijo en rueda de prensa en Comayagua que “Honduras está de luto” .
Anunció que el gobierno adoptará medidas para mejorar los centros penitenciarios del país, que permanecen en malas condiciones estructurales desde hace 40 años en Honduras y no han sido mejorados por falta de recursos por el gobierno.
“Es un problema que existe desde hace mucho tiempo y no se han adoptado los correctivos del caso, pero ahora debemos hacerlo aunque no dispongamos de fondos. Es una decisión de Estado” , añadió.
En julio de 2010, el presidente Porfirio Lobo declaró un estado de emergencia en nueve de las 24 prisiones de Honduras. Su ministro de seguridad consideró en esas fechas que las prisiones eran “universidades del crimen” , desbordadas por la sobrepoblación.
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