El tipo de esta afección depende de las células que lo desencadenan. Los principales son el melanoma, que proviene de los melanocitos, y el no melanoma, que se produce de los queratinocitos.
Entre los riesgos que pueden desencadenar en el cáncer de piel está la exposición prolongada y descuidada a los rayos ultravioletas del sol, sobre todo en la infancia; lunares, especialmente si son muchos e irregulares; ser de piel blanca o pelirrojo; tener pecas u ojos claros; tener antecedentes familiares de esta enfermedad o un sistema inmunológico débil; ser mayor de 40 años y usar cámaras de bronceado.
Para prevenirlo, Una Voz contra el Cáncer recomienda protegerse del sol, con el uso de camisa, gorro o sombrero, en especial en los niños; aplicarse protector solar media hora antes de exponerse al astro rey, y volver a hacerlo cada dos horas; usar lentes oscuros con filtro para cuidar la piel alrededor de los ojos; preferir lugares con sombra y evitar las cámaras bronceadoras y las lámparas de sol.
Asimismo, se aconseja revisar los lunares para detectar células cancerosas en una etapa temprana. Hay que prestar especial atención a señales como: si estos son asimétricos, si los bordes son irregulares, desiguales o poco definidos, si el color no es uniforme o con sombras negras, rojas, azules o marrón; si mide más de medio centímetro de ancho y si el tamaño, la forma o el color están en constante cambio.