Eso ocurrió después de que el 15 de noviembre último el juez de Primera Instancia de Sololá resolviera que las niñas deben regresar con la madre de estas, Rita Carola Rivera Mencos.
Se rompe relación
De esa manera se rompe la nueva familia que Piloña formó, pues tiene una nueva pareja que ha servido de madre para Jimena y Rita, y con quien ha procreado una pequeña que ahora tiene 2 años. Él ha tenido que separarse de su nuevo hogar para esconderse y proteger a sus primeras hijas.
Además, hay una evaluación psicológica que dice que Rivera Mencos demuestra odio contra sus hijas y su expareja.
Cuando Piloña protestó al juzgador por la resolución, este le respondió que la medida lo beneficia a él, “porque si —la mamá— las vuelve a agredir, se las regresan —a él— de forma definitiva”.
Después de tres años
Jimena y Rita tiemblan al pensar en su regreso con su madre, luego de tres años de estar con su padre, tras una resolución de un juicio de guarda custodia que este ganó. La Procuraduría General de la Nación las rescató al evidenciar que la madre las agredía.
Jimena relata parte del maltrato que recibía: “Ella nos maltrataba, nos pegaba y nos decía cosas hirientes, como estúpida y maldita. Nos decía que nos odiaba, más a mí porque me parezco a mi papá”. La menor fundamenta su miedo por haber declarado ante diferentes jueces el maltrato del que eran víctimas ella y su hermana.
Alejandro Balsells, del Centro de Defensa de la Constitución, comentó que los jueces “dictan medidas presuponiendo una agresividad del cónyuge varón, con lo cual ocasionan situaciones injustas”.
“A veces —los jueces— se extralimitan en sus funciones y dictan medidas que no corresponden. Deben apoyarse en trabajadores sociales para estos casos”, expuso.