Los expertos tenían previsto inicialmente presentar hoy a la ONU un balance preliminar de su investigación, lo que despertó el rechazo del régimen de Damasco, pero finalmente no desvelarán los resultados de sus pesquisas hasta que se lleven a cabo análisis científicos.
Los investigadores analizarán ahora en distintos laboratorios de La Haya las muestras recogidas en Siria durante su misión sobre el terreno, con el objetivo de aclarar si se han utilizado armas químicas en el conflicto que enfrenta al régimen de Bachar Al Asad y a los rebeldes opositores.
El portavoz de la OPAQ rehusó aportar más detalles sobre el calendario de trabajo previsto por los expertos.
Por su parte, el portavoz de la ONU, Martin Nesirky, señaló recientemente que el proceso científico será concluido “lo antes posible” , tras lo que se difundirá un informe elaborado por los investigadores.
Entonces, los expertos investigarán el resto de las denuncias de ataques químicos en Siria y se elaborará un “informe final completo” , en palabras de Nesirky.
Este proceso será supervisado personalmente por el responsable del grupo de inspectores, el profesor sueco Ake Sellstr m.
Los expertos han aterrizado en suelo holandés después de abandonar esta mañana Siria en dirección a el Líbano, donde fueron escoltados por miembros de las fuerzas de seguridad libanesas hasta el aeropuerto internacional de Beirut.
El grupo salió de su hotel de Damasco de madrugada en un convoy con dirección a la frontera libanesa, tras investigar en los últimos cuatro días los lugares de Siria donde los rebeldes y el régimen de Bachar al Asad se acusan mutuamente de usar amas químicas.
El equipo de la ONU, que llegó a Siria el pasado 18 de agosto para inspeccionar otros casos, visitó ayer un hospital militar de Damasco, mientras que los días anteriores se trasladó a las localidades de Muadamiya, Zamlaka y Ain Tarma, controladas por a oposición.
En estas zonas, la oposición siria acusó al régimen de perpetrar el pasado 21 de agosto un ataque químico que causó unos 1.500 muertos, y más tarde el Gobierno de Al Asad culpó a los rebeldes del mismo.