“Pienso en tantos cristianos, que son católicos, pero sin entusiasmo y están amargados. Van a misa todos los domingos, pero después piensan que no deben implicarse. Que tienen su fe, pero no deben darla a conocer a los demás. Cada uno en su casa y así todos tranquilos, piensan”, afirmó el Pontífice.
Según Jorge Bergoglio, esta es la “enfermedad de la pereza de los cristianos” que hace de ellos “personas paradas, que no se preocupan por dar el anuncio del Evangelio” y que se convierten en “personas anestesiadas”.
Bergoglio también habló de otro “pecado de los católicos” que definió como el “formalismo”, es decir, los cristianos “que solo se preocupan de tener todos los documentos en regla, todos los certificados”.
“Cristianos hipócritas, como estos. A ellos solo les interesaban las formalidades”, dijo en referencia a la lectura de ayer, para después lamentar: “¡Tenemos tantos en la Iglesia, tenemos tantos!”.