El terremoto se registró a poco más de 160 kilómetros al noreste de la ciudad de Gisborne y a una profundidad de 19 kilómetros, de acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos.
Se sintió por toda la Isla Norte y fue seguido por una serie de réplicas.
Bill Martin, propietario de un parque de descanso en Te Araroa, una remota comunidad costera que fue una de las zonas más afectadas por el sismo, dijo que se despertó por la sacudida poco antes de las 5 de la mañana.
“Fue muy violento”, afirmó. “Duró quizá cerca de 10 segundos pero parecía una eternidad”.
Martin agregó que el temblor causó que algunos adornos de su casa cayeran de sus estantes y también derribó botellas.
“Vi cómo la despensa se mecía”, dijo. “Hubo al menos cuatro réplicas que también fueron razonablemente fuertes”.
Detalló que muchos residentes condujeron a los cerros después que las autoridades encargadas de situaciones de emergencia emitieran una alerta de tsunami.
Tal alerta fue luego cancelada. Las autoridades reportaron haber detectado olas de tsunami de aproximadamente 30 centímetros.
Martin explicó que los temblores causaron mucha turbulencia en el océano, pero no olas grandes. El Centro de Advertencia de Tsunami en el Pacífico en Hawái no emitió ninguna alerta amplia de tsunami para la región.
El temblor se produjo un día después que se registrara un terremoto de magnitud 5.7 en la misma zona, a 100 kilómetros al noreste de Te Araroa.
Nueva Zelanda se encuentra en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, un arco de fallas sísmicas en torno al Océano Pacífico donde los temblores son algo común.
Un terremoto en el 2011 en la ciudad de Christchurch mató a 185 personas y causó serios daños.
