El equipo de investigación estuvo encabezado por Margaret Dix, especialista en limnología, quien confirmó el deterioro del agua en Atitlán, con el paso del tiempo.
Explicó: “El Lago sigue deteriorándose, se nota que se ha empeorado desde ese año —2009—. El fondo del Lago está perdiendo oxígeno, lo cual es muy malo para su futuro. Las poblaciones de algas están aumentando, la contaminación fecal está presente en todo el Lago, lo cual no existía 10 años atrás”.
Todas las especies de cianobacterias se forman por los altos grados de fosfato y nitrógeno en el agua, producto de las aguas servidas, que en el país no son tratadas antes de vertirlas a los afluentes.
Riesgo tóxico
La microsystis es una cianobacteria que tiene algunas variantes que pueden ser altamente tóxicas porque producen endotoxinas, lo cual aún no se ha confirmado en las aguas de Atitlán.
El análisis científico estableció mayor concentración de la microsystis en las playas de Santiago Atitlán y Panajachel, pero Dix no indicó la causa de estas concentraciones.
La conclusión científica señala que se deben acelerar los procesos de tratamiento de aguas servidas a través del río San Francisco, principalmente. Sin embargo, no eleva la alerta a la población por un peligro directo al contacto con el agua.
Según la estudiante de Química Heidy Yohana López, es necesario tomar conciencia sobre el Lago, desde las autoridades y personas oriundas del lugar, ya que en vez de mejorarlo se está acelerando la contaminación.
El alcalde de Panajachel, Abraham Mayén, pidió el apoyo del Gobierno para instalar plantas de tratamiento que sirvan a 17 mil personas que habitan en ese municipio.