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Hasta ahora, los científicos dedicados a entender el funcionamiento del hígado han identificado más de 500 funciones vitales. En términos generales, el hígado es el órgano que controla los niveles de sustancias químicas en la sangre. Además, produce una sustancia denominada bilis, que se encarga de transportar los desechos desde el hígado.
Su papel es muy importante porque toda la sangre que sale del estómago y los intestinos que pasan por el hígado. Ahí se procesan, descomponen y equilibran la sangre, además se crean los nutrientes y se metabolizan los medicamentos de forma que el cuerpo pueda usarlos sin que resulten tóxicos.
Todas esas funciones lo hacen un órgano imprescindible para su cuerpo, ya sea para niños o para adultos. Sin embargo, la hepatitis es una enfermedad que puede afectarle en algún momento de la vida.
En palabras sencillas, la hepatitis es una inflamación del hígado, explica el médico internista, Juan Carlos Pérez. En algunos casos esa afección puede complicarse y provocar otro tipo de malestares y daños en el cuerpo. Existen distintos tipos de hepatitis, que se distinguen por los virus que las ocasionan y por sus efectos en el organismo.
La hepatitis A y la E son causadas generalmente por consumir agua o alimentos contaminados. Las hepatitis B, C y D se producen por el contacto con sudores corporales infectados. En algunos casos las personas pueden infectarse por alguna transfusión de sangre. En el caso de la hepatitis B, se puede transmitir madre a hijo o por el contacto sexual.
¿Cómo prevenir, tratar o curar la hepatitis?
Los niños son los más vulnerables del hogar cuando se trata de prevenir enfermedades, ya que pueden estar expuestos a todo tipo de ambientes y al contacto con sustancias poco higiénicas. La recomendación más puntual para prevenir esta enfermedad en los pequeños de la casa es mantener estrictos hábitos de limpieza para descartar cualquier infección y contagio.
La hepatitis A y B son las que más afectan a los niños. Para el caso de la de tipo A y C, la prevención ideal es inculcarles hábitos como lavar las frutas antes de comerlas, lavarse las manos con frecuencia y especialmente después de ir al baño. Sin embargo, en caso de que se contagien, el tratamiento de cada una de estas enfermedades depende del tipo de hepatitis que sea.
En adultos, como en niños, los mayores riesgos se presentan al contagiarse de hepatitis B, que es considerara una infección del hígado potencialmente mortal. Incluso, representa una preocupación mundial para organizaciones dedicadas a la salud. La principal forma de contagio es por el contacto con fluidos sanguíneos infectados o por contacto sexual. Este tipo de hepatitis puede ser aguda o crónica, según el diagnóstico que determine un profesional.
Para la aguda no existe un tratamiento específico pero se trata con un equilibrio alimento y con el alto consumo de líquidos para evitar la deshidratación del cuerpo, por vómitos y diarreas. La crónica puede tratarse con medicamentos antivirales.
La hepatitis C es una de las más delicadas y mortales. Los consumidores de drogas inyectables, receptores de donativos de sangre, niños nacidos de madres infectadas, personas con parejas infectadas, infectados con el VIH son personas altamente vulnerables a este virus. Un médico debe diagnosticar esta enfermedad y asignar el tratamiento que corresponda.
Con menos frecuencia se presentan diagnósticos de hepatitis D y E, que tras complicaciones también pueden resultar mortales. Las maneras de contagio son similares a las de los otros tipos de hepatitis. Asimismo, los mecanismos de prevención basados en medidas higiénicas, vacunas y especial cuidado con fluidos sanguíneos.
Cuidados para tener un hígado sano
Todos queremos lograr un cuerpo con las mejores condiciones. Sin embargo, no es fácil mantenerlo sano, ya que existen varios factores de riesgo y una serie de medidas para proteger esa parte del cuerpo.
La primera gran recomendación para tener un hígado sano es evitar el consumo excesivo de alcohol y también el sobrepeso o la obesidad. Según el médico Luis Alarcón, hay varios hábitos y buenas prácticas que puede adoptar para alejarse del riesgo de dañar su hígado y contraer alguna enfermedad como la hepatitis u alguna infección viral.
El hígado es un órgano que se mantienen en contacto con todo tipo de sustancias que consumimos. Por esa razón es importante ser cuidadosos con los medicamentos y químicos que ingresen al cuerpo.
“Hay personas que consumen medicamentos innecesarios, se recetan a sí mismos alguna pastilla o alguna sustancia que pueda ayudarlos, pero esto, además de ser muy arriesgado y peligroso, puede afectar al hígado”, explica.
No es recomendable mezclar medicinas o consumir tratamientos caseros, en exceso, porque pueden resultar dañinos para el hígado. Otra sustancia que es enemiga de un hígado sano es el alcohol. Una combinación nada favorable para ese órgano del cuerpo es el alcohol y las drogas o medicamentos.
Por increíble que parezca, cualquier sustancia que toque nuestra piel o que ingrese al organismo a través de la respiración también puede resultar perjudicial para el hígado. Una de las funciones de ese órgano es filtrar y eliminar la toxicidad de aquello que respiramos. Por eso es recomendable evitar los limpiadores en aerosol o cualquier artefacto que genere olores demasiado fuertes. Las pinturas en aerosol, por ejemplo, no son recomendables.
De igual forma, es necesario tener cuidado con los insecticidas que aplicamos sobre la piel. Algunos de ellos pueden afectar nuestra la salud por contener químicos demasiado potentes.
Si en algún momento se presentan molestias de cualquier tipo, lo mejor es acudir de inmediato ante un médico y solicitar un examen de sangre. Luego de una evaluación física, un experto podrá determinar si el hígado se encuentra en buenas condiciones. La característica de un hígado sano es que se encuentra suave y blando. Por el contrario, uno en condiciones malas se torna duro y con hinchazón.
Fecha importante
El 28 de julio de cada año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y sus asociados conmemoran el Día Mundial contra la Hepatitis. El objetivo de asignar una fecha especial a esta enfermedad es aumentar la sensibilización de las personas sobre este tema. Además, el día se aprovecha para realizar actividades locales y regionales para explicarle a las personas en qué consiste la hepatitis y qué enfermedades provoca.
La conmemoración se fijó el 28 de julio en honor a la persona que descubrió el virus de la hepatitis B, el profesor Baruch Samuel Blumberg. Él fue galardonado con un Premio Nobel.
La OMS y otras entidades asociadas ven esta fecha como una oportunidad para centrar la atención en actividades para fortalecer las actividades de prevención, detección y control de esta enfermedad. También para promover la cobertura de vacunas contra la hepatitis y coordinar una respuesta mundial contra la hepatitis viral.
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