¿Qué aspectos se deben tomar en cuenta para diseñar y ejecutar proyectos energéticos?
Los proyectos nacen generalmente como propuestas de ingeniería. Hace unos 10 a 15 años los proyectos hidroenergéticos se construían si eran factibles técnicamente, al evaluar el potencial hídrico o geológico, y se evaluaba la viabilidad técnica y económica.
Hoy no es así y esto ha cambiado. Los proyectos deben ser social y políticamente viables. Eso es algo que no estaba dentro del análisis de los proyectos.
Entonces, ¿se deben conocer los territorios?
El proyecto llega al territorio que está ocupado por campesinos o por grupos indígenas y se encuentra una realidad muy diferente, porque el territorio también tiene organizaciones, intereses, historia y una dinámica diferentes a las de desarrollo que piensan los dueños y el mismo Gobierno.
¿Guatemala necesita mejorar su legislación ambiental y social?
Entiendo que en el país lo que hay es un manual y todavía la legislación ambiental no está muy fuerte y no ha sido muy estudiada.
En la parte hídrica, al hablar que el 70% se cubre con hidrocarburos, se puede decir que se está en pañales en la legislación ambiental y mucho más en la legislación social.
Mientras tanto ¿qué mecanismos se pueden usar?
Existen mecanismos internacionales como el Convenio 169 de la OIT, convenios de derechos humanos, de derechos de tierras y otros instrumentos que no están en discusión, sino se deben asumir y cumplir. A veces uno desconoce todo eso y menosprecia el conocimiento e historia del territorio donde se hará el proyecto.
¿Qué hacer con las consultas a las comunidades?
Las consultas son necesarias, porque la empresa cambiará la dinámica de un territorio. Si yo hago una consulta, por cumplir y decir que la hice, tendré problemas en el futuro. Se debe dedicar tiempo, tener información y elementos, pero ninguna consulta de un proyecto es “copiar y pegar”, cada una es distinta.
¿Qué pasa si en la consulta la respuesta es no?
Se tienen que buscar los argumentos del rechazo y tratar de profundizar en que se basa porque muchas veces viene de movimientos que son a ultranza, por eso hay que saber quiénes están detrás del entorno de la comunidad. Hemos llegado a proyectos donde los campesinos en Colombia nos cuentan que ellos quieren el proyecto, pero la guerrilla los obliga a caminar y decir no al proyecto. Entonces esto es un problema de Estado.
Las empresas estudian el clima ¿cuánto se debe estudiar la parte social?
El clima se estudia hasta por 30 años o más, pero el tema social es muy nuevo. No podría decirle que cinco, 10 o 15 años es suficiente; pues estos proyectos se visualizan a 50 años.
Conocer cómo se mueve el ritmo político, cómo ha sido la tenencia de la tierra, el dominio, y, sobre todo, si es un territorio complejo.
En Guatemala ya hay licitados proyectos y otros están en proceso y deben operar en el 2015. ¿Cómo hacerlos viables socialmente?
Es fundamental escuchar a esas comunidades y no solo a los líderes, y ponerse en sus zapatos. Yo soy el que estoy entrando a un territorio a montar un negocio.
¿Qué participación tiene el Gobierno?
Es fundamental, toda empresa tiene su responsabilidad, pero la empresa no es la responsable de resolver el déficit de índice de calidad de vida de una población, entonces se debe trabajar de la mano. Cuando uno firma un contrato de concesión, el Gobierno se compromete a garantizar y a viabilizar la ejecución del proyecto y no dejar sola a la empresa. La empresa debe cumplir, mitigar y compensar las afectaciones y devolver algo de su utilidad.