Internacional

Lluvia y sequía castigan a varias regiones de Brasil al inicio del año

Brasil enfrenta por estos días los extremos opuestos del clima: lluvia diluviana que deja 13 muertos, ciudades inundadas y miles de evacuados en el sureste, mientras una prolongada sequía arruina parte de la producción de soja en el sur del país.

Varias regiones de Brasil son afectadas por el clima. (Foto Prensa Libre: Archivo)

Varias regiones de Brasil son afectadas por el clima. (Foto Prensa Libre: Archivo)

La temporada de lluvia, que comenzó a finales de octubre, arreció la última semana dejando muerte y destrucción en los estados de Minas Gerais y Rio de Janeiro, este último castigado hace un año por deslaves que ocasionaron un millar de muertos y desaparecidos en la región serrana.

En Minas Gerais han muerto 12 personas, la mayoría desde el pasado lunes, y más de 11 mil 900 fueron evacuadas a causa de los temporales, según un balance divulgado por la Defensa Civil este sábado.

Entre las víctimas más recientes está una pareja que murió sepultada en su vivienda por un deslizamiento de tierra, dijeron los organismos de socorro.

Hasta el momento 103 municipios fueron declarados en emergencia y se esperan nuevas precipitaciones para este fin de semana. Como el suelo ya está totalmente saturado, el riesgo de deslizamiento es muy alto, independientemente del volumen de lluvia que caiga, advirtió la Defensa Civil.

Río de Janeiro también está en máxima alerta. Allí las lluvias han ocasionado un muerto, 1.769 damnificados y más de 26 mil  personas debieron buscar refugio.

Una de las zonas más afectadas es Tres Vendas, una localidad a 300 km de la capital Río, que quedó completamente sumergida tras la ruptura de un dique provocada por los aguaceros. Sus casi cuatro mil habitantes recibieron la orden de evacuar.

Ya fueron desalojadas 500 familias y estamos haciendo un esfuerzo para sacar a otras 500, confinadas en terrazas y techos de casas, porque el nivel del agua no bajará al menos por 30 días, señaló  el coronel Moacir Pires, coordinador de las operaciones de Defensa Civil.

 Las precipitaciones aumentaron el caudal del río Muriaé y provocaron la ruptura de una carretera elevada que sirve de dique a Tres Vendas. Las aguas inundaron en cuestión de horas la ciudad.

Mientras el sureste de Brasil está con el agua al cuello, el sur del país no soporta más el calor y la sequía.

Los estados de Río Grande do Sul, Santa Catarina y Paraná, principales productores de soja, cuentan por miles las hectáreas de soja y trigo arruinadas por las altas temperaturas y la falta de precipitaciones, que completan ya dos meses.

La sequía deja perdidas equivalentes a unos mil 500 millones de dólares con unas 860 mil personas afectadas, según un balance de la agencia estatal de información.

Río Grande do Sul perderá el 25 por ciento de su producción de soja, calculó la empresa de Asistencia Técnica y Extensión Rural citada por la Agencia Brasil.

El estiaje puede extenderse hasta mayo, según meteorólogos, por lo que las autoridades evalúan su impacto en la cosecha de uno de los mayores abastecedores de granos del mundo.

El gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, quien a causa de las inclemencias del tiempo debió recortar sus vacaciones, empezó a liberar millones de reales para atender la situación.

En medio de la emergencia, el ministro de Integración, Fernando Bezerra, está siendo cuestionado por la prensa por favorecer a su estado con mayores recursos para la prevención de desastres.