En un mundo globalizado en donde la industria y las tecnologías han permitido el desarrollo de productos masificados, los nichos pequeños, como el de los productos hechos a mano, no han sido afectados. Es más, representan oportunidades que en Guatemala se busca aprovechar.
Aída Fernández, coordinadora de la Comisión de Artesanías, de la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport), afirma que ese sector tiene oportunidades porque “hay una tendencia en el mundo a revalorizar la mano de obra, y los productos artesanales tienen una gran oportunidad porque son cien por cien hechos a mano. Además, tienen un impacto bajo en cuanto al tema ambiental, y esos son valores que ahora los consumidores reconocen y aprecian de los productos”.
Fernández aclaró: “Veo que las oportunidades no necesariamente están en productos artesanales, sino más bien en un rubro de handmade o productos hechos a mano, que es mucho más global”, aseveró.
Añadió que cuando se habla de artesanías se piensa que es únicamente de productos folclóricos, pero se trata de productos hechos a mano. “Los productos artesanales son cien por cien hechos a mano, pero adicionalmente puede entrar otro tipo, por ejemplo los que se elaboran con materiales reciclados”, explicó.
Diego Chacón, gerente general de Novica Centroamérica, consideró que el sector artesanal está en crecimiento.
“Es un mercado en el que siempre estamos buscando productos nuevos, es un mercado en el que el producto guatemalteco es muy bien valorado por sus técnicas y por su calidad en todo el mundo”, aseveró.
Chacón refirió que Novica es una página de internet que tiene oferta regional de Brasil, México, Centroamérica, Perú, Ghana, Indonesia, Tailandia e India, cuya oficina central se encuentra en Estados Unidos.
“Somos como un Amazon de artesanías, en donde vendemos a través de internet a todos los países. Tenemos 49 mil productos de toda las regiones, somos el mercado global de productos hechos a mano más grande en el mundo y a la fecha le hemos pagado a los artesanos más de US$70 millones de trabajo en 16 años”, aseveró.
En el caso de Centroamérica, Chacón comentó que comercializan cinco mil 500 productos de 140 artesanos, de los cuales alrededor de 105 son productores de Guatemala y el resto de El Salvador, Nicaragua y Honduras, y están en pláticas con Costa Rica. Novica es una empresa estadounidense, con origen peruano que nació en 1999 y llegó a Guatemala en el 2010.
Tendencias
La diseñadora Emma Gutiérrez, una de las creadoras de la marca Nan, señaló que hay gran potencial en el mercado para los productos hechos a mano para decoración y del segmento de moda.
Resaltó que en la actualidad “hay tantas marcas que trabajan con diseñadores que se están esforzando por crear productos de alta calidad que vayan con la moda. Creo que tenemos que seguir explotando esta área de productos de mucho valor, que tienen mucha riqueza, para que en el mundo los reconozcan”.
Gutiérrez refirió que son diseñadores y un movimiento que buscan que el mercado guatemalteco pueda entender que la calidad y el buen diseño pueden existir localmente.
“Es una tendencia, es una oportunidad para diseñadores y productores, porque es un trabajo en conjunto. Al final, nosotros, como diseñadores, no podemos hacer nada sin el artesano y a través de nosotros ellos pueden tener acceso a esos mercados que para ellos es más complicado. Todo es una cadena, realmente es un trabajo de equipo en el que cada uno ocupa un papel importante”, aseveró.
Según Fernández, los productos más demandados son la línea de accesorios personales y decoración para el hogar, principalmente textiles, cuyo mercado principal es Estados Unidos.
“Se exportan alrededor de US$60 millones en ventas directas al año; pero si le sumamos la exportación indirecta, lo que se lleva el turista, eso puede llegar a US$120 millones o US$130 millones. A esto le hemos estimado el 5 por ciento de crecimiento anual”, aseveró.
Según la Sección de Patrimonio Cultural del Instituto Guatemalteco de Turismo (Inguat), las artesanías son parte significativa del producto turístico que Guatemala ofrece al mundo, y además favorecen la generación de empleos a corto plazo para suplir la demanda inmediata de productos artesanales.
Hacen partícipe de los beneficios del turismo a las comunidades, y a la vez contribuyen a afianzar la identidad.
Concepción Chamay Sánchez, de la Cooperativa Integral de producción María Nazareth, de Cotzal, Quiché, que aglutina a 40 mujeres socias y da trabajo a unas 200 personas, comentó que llevan más de 25 años de vender tejidos, y que hace poco tiempo se legalizaron como cooperativa para lograr mejores beneficios. Comentó que se unieron a Agexport para exportar sus productos y tener la oportunidad de promocionar su mercadería en ferias.
Chamay señaló que ya han exportado bufandas, chales, manteles y otros tejidos. “Los extranjeros tienen su forma de comprar artesanías. Por ejemplo, hay quienes buscan colores o cierta calidad y se les cumple lo que pidan; hacemos nuevos diseños cada año para lograr vender”, aseveró.
Fernández refirió que han visto que una bolsa en una tienda en el extranjero puede llegar a valer US$300, pero no significa que el exportador la haya vendido así.
“Hay que tener cuidado para no mandar un mensaje equivocado. Muchas veces pareciera que el que comercializa se queda con un costo muy alto. Creo que en el mercado local ocurre, pero en el de exportación se da de manera diferente, porque la cadena de distribución puede agarrarle hasta cinco veces el precio original. Si yo lo vendo en US$20 en Guatemala, en Estados Unidos se va a vender en US$200; hay muchos en la cadena”, explicó.
Desvalorización
Existe poco reconocimiento
Aída Fernández, de Agexport, señaló que el principal reto que se tiene en el país es que se reconozca el valor de los productos artesanales, por su historia y cultura.
“Muchas veces no los consumimos, preferimos comprar un producto hecho en otro país, aunque lo nuestro sea mejor, o tendemos a comparar el precio. Un reto para los guatemaltecos es sentirnos orgullosos de los productos hechos en Guatemala”, indicó.
Israel Velásquez, presidente de la junta directiva de artesanos y arrendatarios del Mercado de Artesanías de la zona 13, señaló que aunque no es una generalidad, sí existe gente que no valora lo guatemalteco, pero existen personas con cierto nivel cultural que aprecian el producto netamente nacional, aunque siempre piden rebajas. Afirmó que el turista extranjero valora mucho las artesanías.
Discriminación
Buscan protección
Angelina Aspuac, coordinadora de la Asociación Femenina para el Desarrollo de Sacatepéquez (Afedes), señaló que el trabajo que realizan los artesanos no es valorado porque muchas veces no les pagan lo justo.
En el caso de los tejidos refirió que en el país hay una cuestión de racismo, ya que mientras están en manos de indígenas no se les valora. “Pero cuando pasan a manos de otros, de empresarios y diseñadores, se dice que es bello; puesto en otros cuerpos se dice que es hermoso. En bolsos, incluso allí sí hablan de la historia de los tejidos. Adquieren un valor cuando pasan a otras manos y más si son internacionales”, recalcó.
Agregó que Afedes plantea la protección de propiedad intelectual de los tejidos, independientemente de cómo se utilicen, para evitar el plagio, incluso el que ocurre en otros países.
Proyecto
Beneficio
La marca Nan salió del programa de Mujeres Tejiendo Alimentos, con el Ministerio de Economía. Las tiendas principales donde se comercializan estos productos son Give, Hábitat, Morena, The Mayan Store, In Situ Design Center y Cemaco.
Único
Reto
Según Diego Chacón, un reto es que el artesano entienda que hay que crear cosas nuevas y no copiarse. Por ejemplo, en Novica la regla es no trabajar productos iguales de artesanos diferentes, para no fomentar la copia y la guerra de precios.