HAGAMOS LA DIFERENCIA

No es el momento

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En artículos anteriores he mencionado el problema de la baja carga tributaria del país, es algo que más temprano que tarde deberá arreglarse, para que el país pueda atender adecuadamente las necesidades de la población y se coloque en la senda del desarrollo. El gobierno del presidente Jimmy Morales presentó al Congreso de la República una propuesta de Reforma Tributaria. Este no es el momento, pues hay varios temas que pueden mejorar la recaudación antes de entrar a este tipo de soluciones. Considero que para asegurar la sostenibilidad de los ingresos tributarios, antes de una reforma fiscal, deben resolverse situaciones estructurales que pueden mejorar la recaudación: a) Existen en el país varios empresarios irresponsables que no cumplen con sus obligaciones tributarias. Esto ha quedado evidenciado con los juicios que la SAT ha seguido a varias empresas; lo sorprendente ha sido la prontitud con la que han estado dispuestas a pagar, lo que demuestra que sí contaban con la liquidez para hacerlo. El adecuado trabajo que ha venido realizando la SAT en los últimos meses en esa dirección debe continuar. b) La economía informal representa más del 70% del total, la que no tributa al Estado, pero sí hace uso de la infraestructura e instituciones del país. Dentro de ella hay comerciantes con flujos de dinero exorbitantes, con ganancias incalculables; por ejemplo, el movimiento de mercancías en la Central de Mayoreo, en la Terminal, o muchos de los mercados cantonales y/o regionales. c) La gestión del gasto público debe mejorar, al exigir resultados palpables y evitar gastos superfluos, así como los sobrevalorados. Para ello debe hacerse una reestructuración de los ministerios actuales, eliminando o fusionando algunos de ellos. Al fin de cuentas muchos pueden desaparecer sin causar impactos de gran magnitud en el desenvolvimiento estatal. Es necesario hacer un análisis profundo, pero rápido, para encontrar duplicidades de funciones, así como el desarrollo de actividades irrelevantes. d) Terminar con la corrupción, cuyo jinete aún galopa cual figura apocalíptica dentro de las instituciones estatales. e) Deben revisarse los exorbitantes salarios estatales, especialmente los otorgados por compadrazgos políticos y no por méritos profesionales.

De insistir en cambios tributarios, una adecuada medida sería restituir al 31% el pago del ISR en el régimen sobre utilidades y no el tibio 29% que se está planteando, pues el 25% fue un regalo del expresidente Otto Pérez a los grandes empresarios, que mermó los ingresos tributarios. Este cambio permitiría bajar de nuevo a 5% el ISR para quienes decidan acogerse al pago por ingresos, tal como estaba antes. Este régimen permite pagar impuesto en una forma simple y transparente.

Señor presidente: mucha población guatemalteca confió en usted pensando en que haría cambios estructurales y que no continuaría con más de lo mismo. A pesar de que sabemos que se le ha complicado su inicio dentro del aparato gubernamental, es tiempo aún de emprender acciones al pensar en el bienestar general y no en el de grupos que asustan a los gobernantes de turno para tener el control del país. No concebimos cómo puede hablarse de aumentos a impuestos en estos momentos, cuando los ingresos tributarios están aumentando y aún faltan muchas empresas que por fin tributarán. Subir Q3 a cada galón de combustible es un verdadero atropello a la población, pues tendrá efectos en toda la cadena productiva que repercutirán en el bolsillo de todos los guatemaltecos.

samreygo@yahoo.com

ESCRITO POR:

Samuel Reyes Gómez

Doctor en Ciencias de la Investigación. Ingeniero agrónomo. Perito agrónomo. Docente universitario. Especialista en análisis de datos, proyectos, educación digital. Cristiano evangélico.

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