“La fruta también puede ser perjudicial para la salud”, explica el médico Carsten Lekutat al advertir sobre la cantidad de azúcar que contiene la fruta. “La fructosa no deja de ser azúcar, con todos los problemas que eso conlleva”, sostiene el doctor.
El hígado graso, que puede llegar a derivar en enfermedades severas, lleva a la mayoría a pensar en una ingesta desmedida de alcohol. Y es cierto, el consumo fuerte de alcohol puede generar estos problemas, pero entre un 20 y un 30 por ciento de los casos no son culpa del vino y la cerveza, sino, por ejemplo, por el gran consumo de fructosa, escribe Lekutat en un libro publicado sobre este tema.
¿Entonces sólo es bueno comer verdura? ¿O al final sí es mejor darse el gusto con el chocolate? No, eso no, señala el médico. En realidad el problema suele ser que la gente come muy poca fruta. “Me encantaría que mis pacientes comieran más frutas”, confiesa Lekutat. Pero, asegura, igual vale la pena pensar cómo y qué frutas consumimos, porque no todas las frutas son iguales, sobre todo si las analizamos desde el punto de vista de su contenido de fructosa y su aporte energético.
“La banana, las uvas, las manzanas y las ciruelas amarillas tienen un gran contenido de azúcar, mientras que las naranjas y las bayas, no”, explica. Cuando preparamos un zumo, el azúcar está muy concentrada y pasa muy rápidamente a la sangre, por lo cual Lekutat asegura que no es muy buena idea beber un jugo de naranja por la mañana. Lo mismo sucede con los licuados. Si hiciéramos una lista de todo los ingredientes del licuado, seguramente no los comeríamos en una colación. En cambio, líquidos, los devoramos sin darnos cuenta.
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También es crucial ver qué comen los niños. En el caso de los pequeños, suele ser más importante que coman frutas sin añadidos de azúcares ni sustancias aromáticas, es decir, puras, y no otros productos del kiosko.
En algunos países se venden sobres plásticos con puré de fruta. Supuestamente son lo más sano del mundo, sobre todo para que los niños lo coman en una pausa de la escuela. Pero muchos de estos productos no son puramente de frutas y, además, puede generar caries cuando los niños están chupeteando permanentemente las bolsitas.
¿Pero entonces? ¿Al final beber un jugo de naranja por la mañana y darles fruta a los niños era lo peor que podía hacer? No… es más, ninguna regla es buena cuando se convierte en una máxima a respetar a rajatabla. “El asesoramiento nutritivo que se hace hoy en día nunca suele ser individualizado, siempre se toman reglas y se aplican a cualquier ser humano, cuando en realidad la nutrición depende de cada uno. Cada persona es muy diferente a la otra”, advierte Lekutat.
Dicho de otro modo: el consumo de fruta debe estar en sintonía con el estilo de vida. Si uno quiere comer todas las mañanas una naranja, debería moverse. Y a los niños lo fundamental es no darles purés preparados, sino la fruta pura.
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