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Guatemala baila en el Maracaná al ritmo samba 

La delegación guatemalteca desfiló en la ceremonia de inauguración en el puesto 85, en el estadio Maracaná con la ilusión de buscar sobresalir en los Juegos Olímpicos de Río 2016.

Ana Sofía Gómez luce orgullosa la bandera de Guatemala en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos. (Foto Prensa Libre)

Ana Sofía Gómez luce orgullosa la bandera de Guatemala en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos. (Foto Prensa Libre)

Encabezados por la gimnasta Ana Sofía Gómez, los deportistas guatemaltecos disfrutaron su gran momento, sonriendo desde desde su ingreso al esplendoroso estadio Maracaná.

Detrás de Sofía, aparecieron la nadadora Valerie Gruest y la pentatleta Isabel Brand, además del resto de seleccionados como Kevin Cordón, Charles Fernández, Enrique y Hebert Brol, así como los entrenadores y jefes de misión.

Los ojos del mundo se centrarán a partir de hoy en  Río de Janeiro, cuando se abra el telón de la edición 31 de los Juegos Olímpicos, en una fiesta que promete ser inolvidable para los más de 10 mil 500 atletas.

Juan Ignacio Maegli, seleccionado de navegación a vela.


Guatemala está representanda en las justas de Brasil por  21 atletas, quienes  anhelan superar la actuación del marchista Érick Barrondo, quien se colgó la plata en Londres 2012.

El acto de inauguración tendrá lugar en el histórico estadio Maracaná, a partir de las 17  horas, y según los organizadores, el mensaje es “con corazón al mundo   e invitar a las personas a “buscar similitudes y terminar con los ataques al planeta”.

La encargada de portar la bandera en el desfile de hoy será la gimnasta Sofía Gómez,  ya que el atleta designado —Érick Barrondo— viajará el próximo lunes a Río de Janeiro para aclimatarse y estar listo para el 12 de agosto en los 20 kilómetros.

El entusiasmo de los atletas nacionales es grande.  Todos aspiran a hacer su mejor actuación, pero son conscientes de las capacidades y del nivel que exigen las justas olímpicas con figuras como el estadounidense Michael Phelps, de natación; el británico Chris Froome, en ciclismo; y la gimnasta Gabrielle Douglas, de Estados Unidos.

Las principales cartas de Guatemala en Río 2016 las encabeza Érick Barrondo, seguido de Juan Ignacio Maegli, en la navegación a vela,  y Charles Fernández, de pentatlón moderno. No se puede dejar por un lado a los hermanos Herbert y Enrique Brol, en foso olímpico.

Después de su histórico triunfo en Londres, la vida de Barrondo dio un giro, en especial porque rompió relación con el entrenador cubano Rigoberto Medina y los jueces internacionales empezaron a ponerle más atención a su carrera.

Tras varios meses de trabajar sin técnico, el Comité Olímpico Guatemalteco (COG) contrató al polaco Bohdan Bulakowski, con quien comenzó una segunda etapa deportiva.


El corazón de los guatemaltecos también palpita junto al del velerista Juan Ignacio Maegli, quien es favorito al podio por la progresión deportiva: dos oros  Panamericanos 2007 y  2015 y en Centroamericanos y del Caribe Veracruz 2014.

En Londres 2012,  el seleccionado nacional se metió a la carrera por las medallas y tras una mañana complicada terminó en el noveno puesto.

“Nervioso, pero feliz y con ganas de dejarlo todo en los días que se vienen. Esta adrenalina  en los momentos previos es el mejor sentimiento como atleta”, indicó ayer Maegli en su cuenta de Facebook.

Otro de los deportes que ha ido tomando protagonismo en Guatemala es el pentatlón moderno, gracias a las actuaciones de Charles Fernández. El atleta, de 20 años, viene de ser campeón Panamericano de Toronto 2015.
 
Fernández se despidió de su fase de preparación con una  medalla de oro en el Abierto Internacional de Pentatlón Moderno, que se disputó en Bielorrusia, el 17 de junio.

Y qué decir del tiro, en la modalidad de doble foso olímpico. Los hermanos Hebert y Enrique Brol tienen en sus manos la opción de consagrarse en su primera aventura a este nivel.

La historia de éxito en Juegos Olímpicos de Guatemala es corta. Se resumen en la plata de Érick Barrondo, pero el triunfo se ha convertido una inspiración y una prueba de que los sueños se pueden hacer realidad.

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