Se observó que la seguridad se incrementó luego de que se denunció el atentado —un supuesto intento de envenenamiento— contra Emilio Dávila quien funge como director general del Congreso. Sin embargo, el presidente de ese organismo, Mario Taracena, indicó que era un proyecto que ya se tenía contemplado.
Dávila explicó que es necesario que toda institución pública cuente con seguridad, y “en este caso se tenía contemplado mejorar estas condiciones”.
“El Congreso resguarda diputados; a él también acuden ministros, viceministros y otro tipo de funcionarios, quienes deben tener seguridad. No es una gran seguridad, no se puede colocar la que se requiere, por ser un monumento histórico”, justificó el director general.
Aunque el Congreso contaba con arcos detectores, Dávila aseguró que estaban averiados y que arreglarlos “tenía un costo similar o más alto que adquirir nuevos”. Agregó que se ejecuta un programa para la colocación de cámaras de vigilancia, y no sería la primera oportunidad que se plantea, pues la última vez lo intentó el expresidente Pedro Muadi, actualmente procesado por lazas fantasma.
Limitarán ingreso
Aunque los guardaespaldas de los legisladores todavía ingresan sin restricción, Dávila explicó que se les asignará un área específica para ubicarse, ya que se prohibirá el ingreso de armas.
“Los únicos que podrán ingresar armados y permanecer en esa condición dentro del Palacio Legislativo son los miembros de la guardia parlamentaria”, detalló.