“La melodía reúne el conocimiento técnico, manejo instrumental, sinfónico, operístico y de oratoria, y todo eso la hace única. Además fue, sin saberlo, una obra escrita para él mismo y eso la hizo tan especial”, afirmó Julio Santos, director invitado.
El Réquiem es una síntesis de todo el estilo religioso clásico, llamado contrapunto, con un buen manejo de las voces.
El origen
En julio de 1791 Mozart recibió en forma anónima el encargo del conde Walsegg-Stuppach para la composición del Réquiem. El compositor comenzó a trabajar en ella, pero quedó inconclusa, ya que falleció antes de terminarla.
El austriaco dejó completa la Introducción y había redactado gran parte de los cinco primeros movimientos de la secuencia (del Dies Irae al Confutatis), además de ocho compases del sexto movimiento: Lacrimosa.
También dejó bosquejos avanzados del Ofertorio. Franz Xaver Süssmayr —su discípulo—, escribió el Sanctus, el Benedictus y el Agnus Dei basado en los esbozos e ideas de Mozart. Esta es la versión que interpretará la Sinfónica de Guatemala.
Presentaciones
El Coro Sinfónico, que acompañará a la Orquesta, está integrado por 90 voces que se reunirán especialmente para esta ocasión y que han ensayado desde hace meses. También participarán las sopranos María José Morales y Julia Pimentel, el tenor mexicano Édgar Gutiérrez y el bajo Andrés Farrera.
Los boletos están a la venta en las oficinas de la Orquesta —3a. avenida y 5a. calle, zona 1— y en la taquilla, durante las fechas de presentación. Más información por el teléfono 2253-9023.