Los funcionarios, diplomáticos y representantes alemanes en el país están helados ante el retrato de Rudolf Hess (*1894 +1987), acompañado de un encomio, en reciente edición del diario oficial. A la ciudadanía no se le olvida el holocausto y la internación en campos de exterminio de gitanos, comunistas y opositores católicos al partido Nacional Socialista de Adolf Hitler (*1889 +1945).

Hess, cruz de hierro, de la I Guerra Mundial, herido en combate; estudió en Munich geopolítica; participó en el putsch de la cervecería; ayudó a escribir Mi Lucha; promovió las leyes de Nüremberg contra los judíos; voló a Inglaterra para proponer la paz y quedó prisionero en Spandau hasta su muerte, oficialmente suicidio por ahorcamiento en 1987.

Hess dijo que Egipto lo hizo nacionalista; la guerra socialista y Munich, antijudío. Admirador de la psíquica María Orsic (*1895 + ?) organizadora del Anillo Vril. Recibía mensajes del espacio profundo, ampliados por el grupo de médiums: Traute, Sigrun, Gudrun y Heike, inventoras del platillo volador, el peinado cola de macho y de la negativa a recortarse el cabello.

Hess también perteneció a la Sociedad de Thule, propulsora del mito ario, propagandista del espacio vital para justificar la invasión de los países vecinos. El concepto había sido elaborado por su profesor Karl Haushofer (*1869 +1946), como explicación sobre la formación de los territorios nacionales y las relaciones entre civilizaciones. La fascinación por el lejano oriente, en especial por el Tíbet, propulsó la exploración a distancia de muchos xenófobos.

Animó a la sociedad Caballeros de la Piedra Negra, Die Herren von Schwarzen Stein, DHvSS. Promotora de bandas de choque basadas en Marción de Sinope, un teólogo del siglo I. Esos conceptos sirvieron para fomentar el fanatismo de los Waffen SS.

Así, pues, uno de los animadores del espíritu nazi encuentra cabida en hoja de hemeroteca coleccionable y hasta factible de ponerse en cuadro, para animar la pared de una oficina gubernamental. La pregunta es ¿por qué ese recuerdo y no otro? El país es muy pequeño como para olvidarse de quienes desfilaban junto a los marinos alemanes nazis con camisas negras. O utilizan el himno de la falange, Cara al Sol, para promocionar a su partido. Naturalmente, no se van a organizar combates para silenciarlos. Aunque el ánimo anticomunista continúe a todo vapor, es una expresión de idiotas. Los hechos son lejanos, lo importante es discutir sobre el futuro a partir para resolver los problemas presentes. Hasta la solicitud de visa norteamericana borró la pregunta sobre la pertenencia a los grupos nazi fascistas, ahora se pregunta sobre terrorismo.

La oportunidad se explica en la noticia misma. Resulta que Hess, acompañado de Goering, Goebbels, Frick, Von Neurath y Schacht, con motivo del día de la solidaridad nacional, recolectaban fondos para la Acción de Socorros Invernales contra el hambre y el frío. En otras palabras, al conocer la necesidad de hambre y vivienda, ofrecen limosna. Ello equivale a los varios comentaristas que han señalado la necesidad de regalar comida a los hambrientos del país, en lugar de comprar equipo para la Fuerza Aérea de Guatemala.

Obvio, el pensamiento de la limosna reside en la raíz del sentimiento de superioridad clasista y en el racismo. Los que argumentan utilizando el hambre para impedir cumplir con objetivos nacionales no buscan solucionarla con la reforma social, sino con dádivas como hacían los nazis, antes de proceder a la destrucción de su país. Lo peor, con los impuestos que pagan todos, no con dinero de sus bolsillos.