En la pieza, de unos 5 minutos de duración, Cabral recupera imágenes del presente Europeo y les pone una locución en “off”.
El texto apela al espíritu de la batalla de Aljubarrota, en la que tropas portuguesas vencieron en 1385 a sus rivales castellanos, netamente superiores en número.
Este a priori improbable triunfo de las tropas lusas es estudiado durante la educación básica y forma parte de la cultura y el imaginario popular portugués, pues se considera la victoria que acabó por consagrar su independencia de la vecina España.
“Unidos como siempre venceremos como nunca. ¿Se acuerdan de Aljubarrota? También éramos un quinto y creamos la más inteligente táctica que jamás se conoció”, arenga la locución.
“A marcha final” también recuerdan la final de la Eurocopa del 2004, en la que Portugal, entonces anfitrión, perdió contra todo pronóstico frente a Grecia (0-1).
“Dejen todo en el campo y traigan el trofeo que ya debía de ser nuestro hace 12 años”, realza.
El encendido vídeo, repleto de apasionadas alusiones al orgullo patrio, también responde a las críticas al juego de Portugal, al que medios extranjeros han tachado de excesivamente defensivo.
“Nos han dicho que jugamos feo, que somos asquerosos, que no merecemos estar donde estamos y vosotros respondisteis como solo sabéis responder: de nuestras reconocidas debilidades, hicimos nuestras mayores fortalezas”, subraya la pieza.