“Cometimos los mismos errores tácticos que contra Italia, en la fase de grupos, debo decirlo porque no quiero destruir todo”, comentó el portero. “Contra un 3-5-2, hemos jugado con la misma táctica y conocimos los mismos problemas”, explicó Courtois, haciendo referencia a la derrota en el debut del torneo contra Italia (2-0), que le valió una catarata de críticas a Wilmots.
“No logramos recuperar el balón en el medio”, constató De Bruyne, completamente desilusionado como el resto de sus compañeros.
El objetivo que se había fijado la Federación belga eran las semifinales y no se alcanzó. Bélgica había sido semifinalista por última vez en una gran cita en México-1986 y en Eurocopa no lo conseguía desde 1980, cuando perdió la final.
Con este panorama, Wilmots quedó en posición delicada, dos años después de estrellarse en la misma instancia en Copa del Mundo frente a Argentina.
Al inicio del certamen, el expuntero del Burdeos había dejado entrever que caer en cuartos le abriría las puertas a preguntarles a los jugadores si seguían manteniéndole la confianza.
El viernes por la noche, únicamente Eden Hazard, el capitán, aseguró que “los 23 futbolistas apoyaban al técnico”. “Queremos que siga”, dijo el armador del Chelsea.
Pero a algunos pasos de su capitán, De Bruyne comentaba que era necesario “encontrar un medio para hacer progresar a este equipo” que ya muchos llaman los reyes sin corona: es el número dos del ránking de la FIFA, el mejor de Europa en esa clasificación.
El sábado por la mañana, el diario Het Laatste Nieuws, el más leído del país, pidió la cabeza del seleccionador: “En el entretiempo, al hacer ingresa a Fellaini y colocando a De Bruyne a la derecha, Wilmots volvió a insistir con un sistema que ya había fracasado completamente contra Italia”.
Por primera vez desde la llegada de Wilmots al frente de los Diablos Rojosw, la prensa flamenca no es la única en solicitar la dimisión del entrenador francoparlante. El periódico La Dernière Heure escribió que “este torneo es un fracaso y Wilmots debe irse”.
Sin “espíritu de lucha”
Además de las “lagunas tácticas”, se le reprocha al seleccionador la obsesión por mantener en punta a Romelu Lukaku, que falló muchas ocasiones en los cinco partidos en tierra francesa.
El viernes, el delantero del Everton estuvo desacertado, impidiendo volver a meter a su equipo en el partido, hasta que Wilmots esperó al minuto 80 para sacarlo en lugar de Michy Batshuayi, más en forma esta temporada con el Marsella.
¿Toda la responsabilidad le cabe únicamente a Wilmots? ¿Eden Hazard no falló al intentar logros individuales en lugar de apoyarse en el potencial colectivo?
En todo caso, a Wilmots no lo acompañó la “suerte de campeón”, comenzando por los problemas en cadena que tuvo con su defensa. Primero se le cayeron por lesión el capitán Vincent Kompany y siguieron Bjorn Engels, Nicolas Lombaerts y Dedryck Boyata.
El viernes, Thomas Vermaelen (suspendido) y Jan Vertonghen (lesionado) le dejaron su lugar a los jóvenes Jason Denayer y Jordan Lukaku (21 años), quienes no ayudaron con su rendimiento.
“Sin dudas estuvimos menos fuertes que ellos, nos faltó el espíritu de lucha”, reconoció el lateral Thomas Meunier, develando otro de los problemas de esta generación que podría decirse “enchapada en oro”, que ahora deberá esperar a Rusia-2018 para encarar otro gran desafío, con más experiencia y madurez.