Hernández, quien se graduó de la Universidad de Tucson, Arizona, en Psicología, afirma que los coyotes engañan a los migrantes y los hacen transitar por áreas muy inhóspitas del desierto lo cual los pone en riesgo, por lo cual considera que la vida de quienes se arriesgan a cruzarlo, principalmente de los niños, está en peligro.
Particularmente este año, la frontera sur de EE. UU. se ha visto colmada por migrantes lo que ha ocasionado una crisis humanitaria, según lo han confirmado las mismas autoridades estadounidenses, que contabilizan, de octubre del 2018 a mayo pasado, 676 mil 315 personas que se consideran “inadmisibles”.
¿Cómo se encuentra la situación migratoria en la frontera sur de EE. UU.?
Estamos en un momento en que miles quieren ingresar al país de manera irregular, el grupo más grande es de Guatemala. Vemos que están cruzando por un área muy peligrosa en las afueras de Ajo, Arizona. Grupos de hasta 400 integrantes cruza en esa área que es muy inhóspita con pocos recursos, sin agua. Es un desierto muy peligroso, la temperatura es bastante alta en el verano y muy fría en el invierno, y en muchas partes no existe la forma de pedir primeros auxilios.
¿Por qué están ingresando las personas por ese lugar?
Las personas están cruzando ahí por instrucción de los contrabandistas de humanos. Es un área donde con solo estar parado ya es peligrosos, no solo por el calor, sino por los animales salvajes como víboras. Eso sumado al peligro del que contrabandistas son responsables hace que el área de mucho peligro para las personas.
Muchas personas creen que pueden llevar agua y comida suficiente ¿Es eso posible?
No hay provisiones que alcancen para cruzar el desierto es muy inhóspito y las personas requieren beber dos galones de agua por día y por supuesto que no se puede cargar tanta agua para estas travesías que tardan más o menos una semana para aquellos que no quieren ser detectados por la Patrulla Fronteriza y evaden los controles. Es imposible cargar 10 o 20 galones de agua, lo que vemos es que los contrabandistas les pintan una imagen de lo que va a ser el viaje, pero no es como ellos se los mencionan.
En cuestión migratoria los contrabandistas les dicen que si vienen a Estados Unidos les van a dar un estatus legal y más si vienen con niños, y no es así. El procedimiento legal no cambia y las cortes están extendidas en estos procedimientos.
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Con la llegada del verano comienza la época más calurosa, y consecuentemente más peligrosa, para cruzar el desierto, según autoridades y grupos humanitarios, quienes afirman que esas áreas se convierten por estos días en “un verdadero infierno”. En los pasos fronterizos de Calexico, California, y Yuma Arizona, la temperatura puede alcanzar los 42 grados centígrados, mientras que, en Tucson, también en Arizona y Laredo, Texas, puede llegar hasta 38 grados. Sin embargo, organismos humanitarios coinciden en que en áreas desérticas el calor puede alcanzar los 50 grados centígrados lo cual fácilmente puede acabar con la vida de una persona si no bebe suficientes líquidos en poco tiempo. Las muertes de migrantes suelen incrementarse en esta época del año. Según los reportes de la cancillería de junio a septiembre, en los años 2017 y 2018, se registró más del 50 por ciento de las muertes. La semana pasada, Victoria Méndez Carreto, de 21 años, murió en el desierto en busca del “sueño americano” con lo cual se convirtió en la víctima número 42.
Sabemos que la mayoría de migrantes que llegan son guatemaltecos ¿En qué condiciones se encuentran?
Vemos que un gran parte son guatemaltecos que cruzan México con la ayuda de contrabandistas mexicanos o de redes del crimen organizado. Estas personas, cuando cruzan México, son extorsionadas y pagan altas cuotas (para transitar por la frontera). Cuando se aproximan a la frontera vemos que han sufrido por los lugares donde han tenido que dormir, por los alimentos que reciben y porque vienen enfermas sin recibir atención médica adecuada, —también— vemos que algunas personas llegan en condición saludable, pero sí vemos muchos casos de personas que no han recibido atención de sus necesidades más elementales.
En este contexto, los niños son los más vulnerables…
Ellos nos preocupan porque no tienen la opción de decir no. Si alguien encargado de ellos decide cruzar con los niños, no tienen elección y no pueden quejarse o negarse, eso nos da miedo porque muchos niños cruzan por aquí, y México es uno de los países más peligrosos del mundo y en sus zonas fronterizas hay mucho crimen organizado y mucha violencia. Cuando llegan al país traídos por sus padres, pues ellos son lo que sufren más porque no han tenido atención médica, ni alimentos y no vienen con la ropa adecuada.
¿Ha conocido casos en los cuales los migrantes han sido víctima del crimen organizado?
Sí, por supuesto, hemos visto varios casos. Al fin de cuentas estas personas que quieren ingresar al país en algún momento, de una manera u otra, hacen un trato con el crimen organizado. La frontera del lado mexicano es controlada por criminales y para los carteles es ‘ilegal’ que los migrantes ingresen al país (EE. UU.) sin pagar mordidas o cuotas. Todos los miles de personas que hemos arrestado en el último año, y este estamos por romper récord, todos tienen algo en común y es que le han pagado directa o indirectamente al crimen organizado para ingresar al país de manera irregular.
¿Qué es lo más dramático o triste que ha visto en su carrera?
Uno de los trabajos que hice por más de un año fue entrevistar a personas que ingresaban al país. Muchos llegaron sin ser lastimados (daños físicos), pero lo que no se puede medir es lo mental, lo psicológico que sufren muchas personas a manos de los contrabandistas, ese mental emocional. He visto que las personas sufren dramáticamente porque no se imaginaban cómo sería el viaje, se los pintaron de una manera y la realidad fue otra, eso es muy difícil de ver, porque vemos que los niños son parte de esta ilegalidad y ellos no pueden decidir.
Como agente eso es algo muy triste, ver personas que nunca se imaginaron que el viaje sería tan difícil y tan peligroso.
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guatemaltecos fueron deportados de enero a junio de este año, 29 mil 914 desde Estados Unidos y 25 mil 135 de México. La cifra supera en 3 mil 807 al total de retornados del año pasado.
¿Este flujo de migrantes no se había visto antes tampoco las condiciones en las que están?
Aquí las condiciones las podemos controlar nosotros, la Patrulla Fronteriza puede darles atención médica, medicamentos o lo que necesiten, pero su trayecto por México no se puede garantizar. Por otra parte, nunca habíamos tenido tantas personas que querían ingresar y nuestros recursos y agentes están en su máxima capacidad y no es bueno tener a esta cantidad de personas al mismo tiempo.
Además, el que las personas ingresen por el desierto la cantidad de recursos, personal y esfuerzos para sacarlas del ahí y llevarlas a un lugar sanos y salvos son extremadamente grandes, a través de esos esfuerzos humanitarios sacrificamos esfuerzos policíacos porque tenemos una gran parte de personas que quieren ingresar al país y que no quieren ser detectadas, por la Patrulla Fronteriza, así como droga y delincuentes que han sido previamente deportados y que quieren ingresar a EE. UU. y cuando nuestros esfuerzos están dirigidos a laboras humanitarias las policíacas sufren.
¿Ha aumentado la cantidad de personas que quieren ingresar a EE. UU. sin ser detectadas?
Todavía es un porcentaje grande. Vemos que los que se entregan son 50 por ciento y el otro 50 por ciento son personas que no quieren ser aprendidas por la Patrulla Fronteriza y que tal vez tengan deportaciones previas o son personas que han tenido arrestos en EE. UU., aún es una cifra grande. Aparte, las personas que se entregan también han incrementado en los últimos 12 meses.
¿Se han incrementado las muertes de migrantes?
No tengo las cifras para dar la respuesta correcta, no tengo esa información, pero una muerte ya es demasiado, entonces, aunque no tengo las cifras la labor que tenemos en la oficina de Relaciones Públicas es tratar de divulgar estos peligros para evitar que las personas crucen el desierto de manera irregular porque no vale la pena.
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