El show de Messi empezó mucho antes de esa diana, que llegó cuando el partido parecía sentenciado. Tan pronto tocó el primer balón del partido, una grada abrumadoramente albiceleste lo ovacionó con coros de “íMessi, Messi, Messi!”.
Cada gambeta y slalom fue premiado con gritos de “íooohhh!” y “íaaahhh!” de un público jubiloso por presenciar el espectáculo del mejor futbolista del planeta.
Y el genio del Barcelona no decepcionó. Messi estampó su sello a los ocho minutos, cuando mandó un magistral pase al área chica e Higuaín, que entraba por el primer poste, remató de primera para poner el 1-0.
“Hizo gol, además asistió, y nosotros estamos muy contentos por cómo ha ido evolucionando de su lesión, por la preocupación que teníamos inicialmente y cómo se fue recuperando y se fue insertando”, señaló el técnico de la selección argentina Gerardo Martino.
Tras avisar con otras dos llegadas, el “Pipita” hizo el segundo a los 28 al aprovechar un error del mediocampista venezolano Arquímides Figuera en un pase atrás. El ariete del Nápoli se robó la pelota, superó al arquero Dani Hernández y definió con el arco vacío.
“Cuando juegas con selección de este nivel, los errores se convierten en un pecado, pecado que saben aprovechar y te liquidan”, reconoció el entrenador de Venezuela, Rafael Dudamel.
Venezuela despertó en el último cuarto de hora del primer tiempo, adelantó líneas y estuvo a punto de anotar en cuatro ocasiones, pero en todas se topó con el portero Sergio Romero, los postes o ineptitud propia. En la primera, a los 35, Javier Mascherano perdió el balón cerca de su área y Romero tuvo que tirarse y tapar con una mano un potente remate de Salomón Rondón.
Un cabezazo de Rondón a los 39 se estrelló en un poste, y dos minutos después, Romero tuvo que esforzarse para mandar por encima del travesaño un disparo de Rolf Feltscher que se desvió en un jugador argentino y estuvo a punto de entrar al arco.
Justo antes del entretiempo, la Vinotinto se ganó un penal cuando Romero derribó en el área a Josef Martínez, pero el arquero se reivindicó al atajar el cobro de Luis Seijas, quien intentó engañarlo picándola suave y al medio. El guardameta sólo tuvo que quedarse inmóvil y recibir el balón en los brazos.
“Fuimos un digno rival frente a la mejor selección del mundo hoy por hoy, y no nos escondimos nunca”, señaló Dudamel. Superado ese momento de ímpetu venezolano, Argentina volvió a tomar las riendas en el complemento y Messi puso el tercero tras una pared con Nicolás Gaitán, titular en el extremo izquierdo en el puesto que usualmente ocupa el todavía lesionado Ángel Di María.
Rondón finalmente recibió un premio a sus esfuerzos al descontar a los 70, pero Érik Lamela metió el cuarto argentino en la primera jugada tras la reanudación.