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La economía intangible: cómo funciona el capitalismo sin capital

Empecemos con una pregunta: ¿Cuál dirías que es la compañía de taxis más grande del mundo?

¿Cuál es la compañía de taxis más grande del mundo? (Foto Prensa Libre: Getty Images)

¿Cuál es la compañía de taxis más grande del mundo? (Foto Prensa Libre: Getty Images)

Muchos contestarían con un nombre de 4 letras que es conocido en 785 áreas urbanas del mundo: Uber.

Pues bien, Uber Technologies Inc., la empresa estadounidense fundada en 2009 “que proporciona a sus clientes a nivel internacional vehículos de transporte con conductor”, no posee ningún taxi y, de acuerdo con la firma, tampoco emplea a ningún conductor.

Es un gran ejemplo de varios gigantes corporativos de hoy, como Apple, Microsoft y Linkedin, que parecen estar hechos en gran parte de aire.

“Si miras sus hojas de balance, estas compañías tienen una cantidad muy pequeña de activos tangibles”, señala Stian Westlake, asesor político del ministro británico de ciencia, investigación y universidades y miembro de Nesta, la fundación nacional de Reino Unido para la innovación.

Dedo apuntando a espacio vacío en el cielo
(Foto Prensa Libre: Getty Images)
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Empresas difíciles de valorar, a pesar de estar entre las más rentables del mundo, porque parece que estuvieran hechas de aire.

Junto con Jonathan Haskell, profesor catedrático de Economía en el Imperial College de Londres, escribieron un libro llamado “Capitalismo sin capital, el auge de la economía intangible” que explica muchos de los enigmas del capitalismo moderno, entre ellos, por qué tan pocas personas pueden ganar tanto dinero aparentemente con tan poca sustancia física.

Capital intocable

Para reconocer el significado de su ausencia, Haskell empezó por recordar qué entendemos por capital.

“Es el producto de la inversión de las empresas que construyen un activo a largo plazo del que pueden obtener un flujo de beneficios. Un ejemplo obvio que sería un edificio.

“Cuando un supermercado decide invertir en una nueva tienda, lo primero que hace es comprar un local. Ese lugar cuenta como un bien o un activo de capital. Y es un activo de capital tangible porque es algo que puedes tocar y sentir”.

Sede de Google en California
(Foto Prensa Libre: Getty Images)
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Google, por ejemplo, tiene edificios, pero sus activos tangibles no representan mucho de su valor en el mercado.

En contraste, explicó Westland, “un activo intangible es cualquier cosa que no puedes tocar o sentir. Un ejemplo es una compañía de investigación y desarrollo.

“Si estás investigando para desarrollar un nuevo tipo de chip para los teléfonos móviles, lo que estás creando es una idea que, aunque no la puedes tocar, tuvo un costo por adelantado y aporta beneficios que la compañía obtiene a largo plazo.

“Eso no se parece mucho a una fábrica o un supermercado desde un punto de vista económico, pero puede ser igual de válido”.

Omnipresente

Eso es lo que constituye la “economía intangible”, que hoy en día está en todas partes, incluso en un lugar aparentemente tan físico como un gimnasio.

Si los visitas, verás muchas cosas que se pueden tocar; muchos activos tangibles.

Gimnasio
(Foto Prensa Libre: Getty Images)
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Los gimnasios tienen bienes tangibles, pero muchos son espacios para firmas intangibles.

Pero también notarás que gran parte de su oferta son clases como bodypump, bodyattack, bodyflow o, escribiéndolos como debe ser,: BODYPUMP, BODYCOMBAT, BODYATTACK.

Esas pequeñas letras TM significan “marca registrada” y son una indicación de “cómo muchos de los negocios más físicos se están transformando por la economía internacional”, como apuntó Westland.

“Esas clases no son ofrecidas por los gimnasios, sino que son una marca de una empresa con sede en Nueva Zelanda llamada Les Mills International.

“Básicamente, es una empresa intangible que diseña rutinas de ejercicios, adquiere los derechos de la música que usan, hace paquetes de capacitación para instructores y cobra una licencia por eso.

“Así que en el fondo de uno de los negocios más físicos de todos hay unnegocio basado en intangibles, generando toneladas de dinero y pasando casi desapercibido“.

Sin límites

Las empresas siempre han tenido ideas o han invertido en marcas, pero si nos remontamos a la década de 1950, las grandes compañías estadounidenses nuevas que se cotizaron en el mercado de valores estaban compuestas mayoritariamente de activos tangibles: el 85% de su valor. Ya no.

“En países como EE.UU., Reino Unido, Alemania la mayor parte del capital que se invierte cada año es intangible: ese es el gran cambio.

Palabra "idea" en madera
(Foto Prensa Libre: Getty Images)
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Hoy en día, se invierte más en ideas que en cosas.

“Uno de los grandes cambios es, por ejemplo, que los activos intangibles tienden a ser lo que llamaríamos escalables”.

Volvamos a los años 50.

Supón que eres un conductor de taxi particularmente emprendedor y quisieras ampliar tu negocio. Tendrías varias limitaciones como el conocimiento de la geografía de la zona o la cantidad de dinero con la que cuentas. Puedes meter 5 personas en tu taxi pero si quieres servir a más gente, necesitas comprar otro taxi, emplear otro taxista.

Ahora piensa en una empresa como Uber, que tiene un algoritmo muy valioso para asignar taxis. No tiene que comprar un nuevo algoritmo cada vez que quiera ampliar su negocio; el que tiene se puede usar en cualquier gran número de taxis en la ciudad y, de hecho, en cualquier número de ciudades.

“Un sólo activo intangible te puede llevar muy lejos”, explica Westland, en conversación con la BBC.

Chica con celular pidiendo taxi
(Foto Prensa Libre: Getty Images)
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Con un solo algoritmo, el crecimiento puede ser ilimitado.

“Así como en ese mercado, en muchos otros se crea una situación de ‘el ganador se lleva todo’. Quien tenga esa ventaja competitiva domina todo el mercado”.

Esta es una de las razones por las que el cambio a un capitalismo intangible -capitalismo sin capital- realmente es importante.

Cuando empresas basadas en activos no físicos, como algoritmos, crecen, casi no hay límite a lo grandes que pueden llegar a ser y, por lo tanto, a lo ricas que se pueden volver las pocas personas en la cima.

Personas como el fundador de Amazon, Jeff Bezos, que gana unos US$8 millones de dólares por hora.

Sin competencia, sin oportunidad

Un mercado en el que “el ganador se lleva todo”, señala el catedrático Haskell, trae tanto problemas como beneficios.

“Puedes llegar al aeropuerto de Londres, y salir del de San Francisco usando el mismo algoritmo para tomar taxis. Hay varias ventajas de ser parte de esa gran escala y esa gran red. Pero, por supuesto, también preocupaciones, como que la compañía dominante se vuelva perezosa y no sirva bien a los clientes, por falta de la rivalidad, que es esencial en el mercado“.

Horizonte infinito
(Foto Prensa Libre: Getty Images)
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Si una firma ofrece un servicio que la gente siempre quiere y domina el mercado, casi no hay límites a su crecimiento.

“Por otro lado -apunta Westland-, el tipo de personas que prosperan en esas compañías intangibles tienden a ser gente educada, abierta a nuevas experiencias. Si no lo eres, si no tienes esas ventajas y esos privilegios, es probable que todo se te dificulte más.

“Si piensas en las divisiones que estamos viendo en nuestras sociedades, hay muchas personas que están hartas de las elites liberales metropolitanas”.

Lo que quizás es una de las razones económicas que explica el fenómeno de Donald Trump.

“Ciertamente, si te fijas en los lugares donde florecen esas economías intangibles, son ciudades prósperas y diversas donde las ideas vuelan y la gente es muy tolerante y liberal. Esos no fueron los lugares que votaron por Trump sino los sitios a los que esa economía dejó atrás“.

Del todo a la nada

En términos de estabilidad, los intangibles parecen más precarios.

Si tienes una fábrica de acero, esta podría perder su valor con el tiempo, o podrías perder parte de tu cuota de mercado. Pero todavía tienes una fábrica de acero. Con lo intangible, las cosas se complican.

“Los intangibles tienen la extraña propiedad de que, de repente, pueden pasar de ser muy valiosos a valer casi nada”, señala Westland.

Manzana del logo de Apple
(Foto Prensa Libre: Getty Images)
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La marca Apple es valiosísima, pero si la compañía cayera en desgracia, perdería completamente su valor.

“Un ejemplo es Monarch Airlines que se metió en problemas en Reino Unido el año pasado. La aerolínea tenía un montón de activos tangibles -en forma de aviones- y un montón de activos intangibles -el derecho a despegar y aterrizar de varios aeropuertos-: ambos muy valiosos.

“Cuando quebraron, los aviones inmediatamente fueron cedidos a los acreedores. Pero con los derechos de despegue y aterrizaje, nadie sabía qué hacer: no estaba claro quién era el propietario y hubo muchos litigios.

“Cuando una empresa fracasa, el valor de los intangibles -como software y marcas- se desploma”.

Y si el valor de enormes firmas es intangible, su caída deja un vacío en el que no queda nada de qué agarrarse. Eso es un gran desafío para el manejo de la economía.

Solo servicios

Muchos economistas lamentan el hecho de que ya no hacemos nada tangible, que todo es servicios, y les preocupa lo que eso significa en términos de gestionar una economía.

A fin de cuentas, ¿importa?

“Una forma en la que podría importar, por ejemplo, es en términos de igualdad.

“Bien podría ser que en el futuro, las pocas empresas que pueden crecer se volverán mucho más ricas y que los propietarios de esas empresas tendrán mucho éxito, mientras que todo el resto del mundo no vivirá en muy buenas condiciones“, concluye el catedrático Jonathan Haskell.