El artífice de la buena entrada de Panamá en la Copa es “El Bolillo” Gómez, un técnico experimentado y conocedor del fútbol en América, que ha tratado de preparar al equipo para que sea capaz de hacer lucir su potencial y de crecer en una competición en la que participan algunas de las mejores selecciones del Mundo.
Tener la mente puesta en el Mundial de 2018 en Rusia no le va a impedir al técnico colombiano tratar de plantar cara el viernes a Argentina en Chicago y el martes 14 a Chile en Filadelfia en los dos partidos que le restan en la fase de grupos de la Copa.
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— SomosLaSele (@SomosLaSele) June 7, 2016
Para lograr su objetivo, la selección conformada por “El Bolillo” cuenta fundamentalmente con futbolistas que actúan fuera del país, entre ellos los veteranos Blas Pérez, autor de los dos goles contra Bolivia, y el capitán Felipe Baloy, ambos con 35 años, aunque el meta Jaime Penedo y el atacante Luis Tejada tienen 34.
Todos ellos fueron fundamentales en el encuentro ante Bolivia, ya que conformaron la columna vertebral de la alineación panameña en su debut en la Copa ante Bolivia.
El mérito de Panamá queda reforzado a partir de la consideración de que no se trata de una de potencias futbolísticas del continente. Su palmarés más reciente se limita a dos subcampeonatos en la Copa Oro (2005 y 2013) y a una Copa Centroamericana en 2009.
Su proyección internacional histórica se ha centrado fundamentalmente en jugadores como Julio César Dely Valdés y el fallecido Rommel Fernández, que completaron una buena trayectoria fuera del país, especialmente en España.
El responsable técnico de Panamá en la Copa es “El Bolillo”, que con anterioridad había estado al frente de la selección de su país, Colombia, así como de las de Ecuador y Guatemala.
Se trata de un técnico que completa en esta edición del torneo su sexta participación en la Copa América, en la que estuvo con anterioridad tres veces con Colombia y dos con Ecuador, por lo que es el técnico presente en los Estados Unidos con más experiencia en esta competición.
Al frente de la selección colombiana tomó parte en los torneos de 1995, 1997 y 2011, mientras que al mando del equipo ecuatoriano estuvo en las de 2001 y 2004.
De su mano, Panamá se ha convertido en un equipo compacto, fuerte y correoso, que, a pesar de estar en un periodo de formación, no dejó ver muchas carencias en un incómodo partido ante Bolivia, que se jugó durante muchos minutos bajo una lluvia insistente.
Aunque en estos momentos, el reto del fútbol panameño es crecer con la mente puesta en el Mundial de Rusia, a ningún integrante de su selección, ni tampoco a su afición, se le puede quitar de la cabeza el sueño de alcanzar los cuartos de final del torneo.