EDITORIAL
Consenso básico marcaría un hito
Oficializados los datos del Tribunal Supremo Electoral acerca de los dos candidatos presidenciales que se medirán en segunda vuelta, resulta sano pensar que la cuenta de votos está de nuevo en cero a fin de encarar este nuevo proceso con una actitud propositiva, abierta y de respeto a la institucionalidad. Ciertamente la tardanza en el anuncio de los resultados finales y la polémica sobre algunas disfuncionalidades del sistema digital que condujeron a algunos datos preliminares inexactos generó un ambiente de desgaste hacia la institución electoral, que se ve obligada a revisar sus procesos, a aplicar correctivos y a afinar la logística para el balotaje, a fin de prevenir tensiones mayores.
No obstante, los dos partidos en contienda tienen una oportunidad única para marcar un hito en la historia política del país. Su prioridad debería ser la elaboración de una agenda básica común. Ello marcaría una diferencia respecto de todos los procesos anteriores, que han concluido con una polarización dolorosa. Resultaría saludable que los candidatos Sandra Torres y Alejandro Giammattei se reunieran, junto con sus equipos, no para debatir, sino para establecer una hoja de ruta nacional que tome en cuenta las grandes prioridades pendientes de desarrollo.
Existen suficientes temas susceptibles de ser manejados desde una óptica de consenso y no de división, como ocurre, por ejemplo, con la educación. Solo una apuesta decidida, bien fundamentada, equipada y financiada por la formación de millones de niños y jóvenes puede marcar un cambio histórico en el país. Completar la cobertura del ciclo básico y ampliar la de diversificado, mediante carreras técnicas y formación pertinente, son metas sobre las cuales nadie puede pelear propiedad u originalidad, pues se trata de obvias necesidades.
En cuanto al combate de la desnutrición, puede haber algunas diferencias de abordaje, pero sin duda está entre los desafíos guatemaltecos que ningún gobierno puede enfrentar solo, pues requiere un esfuerzo conjunto entre Estado e iniciativa privada, el cual se debe sostener más allá de los períodos de gobierno, a fin de acabar con una de las mayores vergüenzas sociales que aquejan a la Nación.
Sobre el combate de la violencia, la delincuencia y el narcotráfico, hace falta recuperar los avances que tenía la Policía Nacional Civil previo a la gestión del actual ministro, quien prácticamente descabezó la cúpula de la institución y colocó a mandos afines, una situación que ha sido señalada no solo a nivel nacional, sino desde fuera del país. Así también se necesita dignificar al agente y proveerle de equipo e instalaciones acordes a la importancia de su función. La reforma y depuración del Sistema Penitenciario podría ser una prioridad más dentro de este campo.
No menos importante resulta la atracción de mayores inversiones extranjeras, el fomento de emprendimientos y la generación de empleo, materias que van íntimamente ligadas y dentro de las cuales juegan un importante rol el turismo, la naciente industria tecnológica y las manufacturas de exportación, que poco a poco se han abierto paso en el mercado internacional pero que podrían constituir una ventana de oportunidad para crear centros productivos y zonas francas en la provincia, lo cual tendría un impacto directo en la reducción de la migración. Pero para estos y otros objetivos se necesita un acuerdo mínimo serio, un diálogo de altura y una actitud de respeto de los candidatos entre sí, pero sobre todo hacia la ciudadanía.