Rudy Esquivel, vocero de Presidios, respondió que todos los días se lleva a cabo la verificación de presos, para no incumplir con la Ley.
Uno de los guardias, quien no quiso identificarse, comentó que el desorden comenzó con la gestión en la Dirección del SP de Édgar Camargo, quien les otorgó privilegios a los resos. A la entrada del sector 11 se había instalado una esclusa de seguridad, la cual fue retirada por orden de Camargo.
“Los directores son los que han provocado que no haya control en el sector 11. Allí no puede llegar uno, y desde hace ocho meses no se lleva a cabo el conteo”, aseguró el guardia, quien se hallaba afuera del penal y observaba cómo la Policía Nacional Civil (PNC) dirigía la requisa.
Otro agente señaló que los mareros del Barrio 18 no salían de su sector, pero uno de los directores del SP después de Camargo les concedió el beneficio de que salieran al patio.
Indicó que prueba de ello es que hace ocho meses, aproximadamente, los pandilleros comenzaron a pintar grafitis en las paredes de ingreso a esa área y sembraron una planta de marihuana.
riesgo de fuga
Los guardias también revelaron que los pandilleros tienen tal libertad en el penal que abrieron un boquete en la parte de atrás del mencionado sector, el cual da a un espacio que está separado por otra pared del resto, y allí se mantienen.
“Si ellos quisieran fugarse lo hacen. Los reos del sector 12 —vecinos de los mareros— nos informaron que han escuchado golpes, como si estuvieran rompiendo paredes o el piso, y de seguro hasta túneles han de tener”, comentó otro guardia.
En el sector 11, hasta ayer, había 451 mareros, y el área tiene capacidad para 80 reclusos.
Esquivel, quien labora en el SP desde antes de este gobierno, dijo que se hace un diagnóstico de cómo se recibieron las 22 cárceles del país. Añadió que el objetivo de las requisas es retomar el control.
Intentan sublevarse
Mientras se llevaba a cabo la requisa, los pandilleros permanecieron en un patio afuera del citado sector, bajo el sol, esposados y custodiados por agentes de la PNC.
Cuando estaba por concluir el operativo, uno de los pandilleros discutió con un agente y lo pateó. Cuando el efectivo respondió, el resto de mareros trató de quitarse las esposas y agredir a los policías.
En ese momento, un miembro de las Fuerzas Especiales de la PNC que brindaba apoyo hizo una detonación de salva y después los privados de libertad fueron llevados de nuevo al sector 11.
Tres caletas
- La requisa comenzó a las 5.30 horas y concluyó a las 12.15.
- Durante la acción se localizaron tres caletas en el piso, en donde había armas blancas hechizas, machetes y droga.
- También fueron incautados teléfonos celulares y chips.