“Sin embargo, nos mintieron, porque los alimentos venían de una bodega ubicada en la carretera a San Antonio Ilotenango, donde pobladores de ese municipio no permitieron que se repartieran dos días antes de las elecciones encontrando propaganda política de un candidato a diputado por Quiché del FCN, por lo que esta institución nunca se prestará a programas clientelistas mal orientados por el gobierno”, comentó Morales.
Selvin González, integrante de la Pastoral Social Cáritas, dijo que se sentían engañados y utilizados en su buena fe. “El señor Xirúm, el gobernador y el representante de Visan ahora se tiran la chibolita y ninguno quiere asumir su responsabilidad de explicar por qué nos mintieron”, indicó.
Agregó: “En base a estos argumentos decidimos darles un plazo de cuatro días para que desocupen las bodegas que utilizaron en Cáritas, caso contrario iniciaríamos acciones legales en contra de los responsables”.
Al consultar a Eladio Xirúm, delegado de la Conred, dijo que él solicitó las bodegas y que “eso era responsabilidad de la gobernación”.
Por su parte, Reynabel Samayoa, gobernador de Quiché, señaló al representante de Visan de no informar lo que sucedía con los alimentos y lo responsabilizó de los problemas que los producto han causado con la población.
Nery Lima, representante de Visan, llegó a las instalaciones de Cáritas, varias horas después de la conferencia de prensa ofrecida por la entidad, acompañado por varias personas de Nebaj, a quienes les entregarían los alimentos.
También llegaron pobladores de San Antonio Ilotenango, quienes señalaban a los representantes del Maga de entregar los alimentos a allegados del alcalde de ese municipio.
Al abordar a Lima, este manifestó que desconocía lo conflictivo que era Quiché y arremetió contra la prensa. Se le consultó si las personas de Nebaj a las que les entregaría los alimentos pertenecían al partido oficial y respondió, visiblemente molesto, que desconocía esa información y aseguró que tampoco conoce la cantidad de alimentos que se entregarían.
Finalmente, en varios camiones, fueron cargados los alimentos, mientras un grupo de mujeres de San Antonio Ilotenango exigían a Lima que cumpliera con entregarles los víveres.
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