Según el ministro boliviano del área, Luis Alberto Sánchez, se trata de un primer paso concreto acordado por ambas empresas estatales para avanzar a la integración eléctrica de los dos países.
Además, las compañías acordaron “la optimización” del proyecto hidroeléctrico de Cachuela Esperanza, en la Amazonía boliviana.
El proyecto para el río Madera consiste en construir una planta para generar una potencia de 3 mil megavatios y la mejora de Cachuela Esperanza será para instalar una represa que permita una potencia de entre 600 y 900 megavatios, indicó el ministerio.
Actualmente, Bolivia tiene una capacidad de producción de unos mil 900 megavatios y la demanda pico llega a mil 300 megavatios, según datos oficiales recientes del ministerio de Hidrocarburos.
Según el plan boliviano, hasta el 2020 Bolivia producirá unos 2 mil 500 megavatios y hasta el 2025 entre 9 mil y 10 mil megavatios para ser exportados, principalmente al mercado de Brasil.