El pacto crearía un mercado en común con estándares y regulaciones iguales en los países que representan casi la mitad de la economía mundial. Y sería un drástico cambio respecto a años de disputas comerciales entre Europa y Estados Unidos.
Ha habido varias señales de planes cuidadosamente coreografiados para anunciar el inicio de las negociaciones la próxima semana, cuando Obama se reúna con los líderes europeos en la cumbre de naciones del G8 en Irlanda del Norte el 17 y 18 de junio.
Pero añejas tensiones están surgiendo nuevamente, ya que Francia exige que se excluyan las industrias europeas del cine, radio y televisión, por temor a la influencia de Hollywood en la cultura local. Estados Unidos ha dicho que nada debe quitarse de la mesa antes de que comiencen las negociaciones. Funcionarios de la UE, formada por 27 países, dicen que París tiene la influencia política suficiente para bloquear un mandato de la Unión Europea que daría luz verde a las negociaciones, porque sería un disparate llegar divididos a las discusiones de comercio más ambiciosas del bloque.
La amenaza francesa, junto con la reciente controversia por los programas secretos de vigilancia del gobierno estadounidense, podrían agriar la atmósfera para un anuncio durante la visita de Obama a Europa. Algunos integrantes del Parlamento Europeo pidieron el miércoles que la protección de datos sea primordial en las negociaciones comerciales ahora que han salido a la luz los programas de vigilancia.
“Si los europeos no pueden ponerse de acuerdo para comenzar las negociaciones para cuando el presidente esté en Europa, me pregunto seriamente cuándo comenzarán estas negociaciones” , dijo Peter Chase, vicepresidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos para Europa.
La cámara, que representa a las empresas estadounidenses, ha respaldado el tratado comercial y prevé enormes beneficios para las empresas norteamericanas. Y es que sólo con la eliminación de aranceles se sumarían 180.000 millones de dólares al producto interno bruto de Estados Unidos y la UE en cinco años, mientras que las exportaciones de ambos crecerían un 17%. Eso añadiría 0,5% a la tasa anual de crecimiento de Europa y 1% a la estadounidense.