Monzón fue escuchado por Gálvez el 12 de abril último, en la Torre de Tribunales, a las 18.30 horas. En la audiencia participaron fiscales del MP, abogados de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, Instituto de la Defensa Pública Penal y defensores del colaborador eficaz.
Explicó a Gálvez que conoció del proceso para entregar el usufructo a TCQ por órdenes de su jefa, quien a finales de diciembre del 2012 lo envió a la zona 10 a visitar a Guillermo Lozano, piloto aviador que financió la campaña del Partido Patriota del año anterior, quien se habría encargado de controlar las funciones de la EPQ por instrucción del entonces presidente Otto Pérez Molina, aunque no era quien fungía como interventor.
Señaló que Baldetti le dijo que Lozano debía apartarse de los funcionarios gubernamentales, porque en Honduras habían localizado cocaína en un helicóptero a nombre de su empresa.
Refirió que Lozano habló con él en su apartamento, en la zona 10, y le dijo que para conocer más detalles del negocio tendría que hablar con Allan Marroquín, interventor de la EPQ, y William Schwank.
Comisiones
El colaborador aseveró que Marroquín y Schwank le presentaron al español Juan José Suárez, administrador de TCQ, y este le pidió hablar con Pérez Molina, a quien le presentaría las comisiones específicas que daría la entidad a cambio del usufructo.
Monzón reportó esas conversaciones a Baldetti, y ella le dijo: “Mirá, yo creo que son de US$30 millones”.
Monzón indicó que se volvió a reunir con Suárez, y este le mostró un cuadro de pagos que señalaba cómo se distribuiría la referida suma: US$500 mil para gastos emergentes, US$24.5 millones para el socio local —que podrían ser los exfuncionarios encartados— y US$5 millones para el grupo de argentinos, entre quienes se contaría Mauricio José Garín.
La función de Monzón se limitó a tres acciones: agilizar los trámites del usufructo, hacer que los sindicatos de la EPQ apoyaran el proyecto y verificar el pago de los US$30 millones, afirmó.
“El tema específico que me llevaba a mí era cobrar, cobrar, cobrar y cobrar los US$30 millones”, expresó.
Por último, facilitó el amparo que TCQ planteó en el Juzgado de Paz de Escuintla, con el cual se oponía al pago de una licencia de Q24 millones que la Municipalidad de Escuintla le impuso para construir en el área, dijo.
“Yo lo que esperaba era que se llegara a terminar y poderle cumplir al señor presidente y la señora vicepresidenta la instrucción que me habían dado”, manifestó después de haber indicado que Suárez le exigía resultados porque el proyecto le había costado varios millones de dólares.
Dinero en efectivo
A una hora con 18 minutos de haber comenzado la diligencia, Monzón menciona por primera vez a Jonathan Chévez, presunto testaferro de Pérez Molina y Baldetti, de quien refiere que era la persona que le ayudaba a manejar dinero en efectivo, transferencias, cambio de dinero a cheque, transferencias internacionales, compra de bienes inmuebles, offshore, transporte de valores y cajas de seguridad, entre otras acciones.
Monzón le contó a Chévez el proceso del usufructo de TCQ y le dijo que la entidad daría un adelanto de US$10 millones para los socios locales.
“Si me das US$10 millones, te armo un banco de segundo piso en Australia, me dijo. Con ese banco yo te puedo dar cheques, chequeras, tarjetas de crédito, podés hacer transferencias a cuentas de un lado a otro; no tengás pena, no va a haber seguimiento”, fue la respuesta de Chévez, aseveró.
Para entender a qué se refería Monzón con banco de segundo piso, Prensa Libre consultó a Wenceslao Lemus, expresidente del Crédito Hipotecario Nacional, y explicó que se refiere a entidades financieras que interceden entre usuarios de créditos y los bancos, y puede tratarse de una offshore.
Análisis urgente
La declaración de José Abraham Ruano Cerna, exjefe del Departamento Jurídico de la Empresa Portuaria Quetzal (EPQ), fue recibida por el juez Miguel Angel Gálvez el 13 de abril pasado, a las 16 horas, y relató que se analizó de manera urgente otorgar el usufructo a (TCQ), el cual fue favorable a la entidad.
Afirmó que conoció de la firma del contrato con el cual se otorgó a TCQ un terreno de la EPQ y que estuvo al tanto del asunto, no solo por su posición en la entidad, sino por orden del exinterventor Allan Marroquín.
Agregó que las funciones del gerente de la EPQ las desempeñaba Julio Sandoval, subinterventor, por orden del entonces presidente Otto Pérez Molina.
Ruano Cerna explicó que para analizar si procedía el usufructo del terreno se formó una comisión de empleados de la EPQ, y se les dijo que era urgente.
Marroquín dio instrucciones para que la comisión se reuniera en un hotel de Antigua Guatemala, Sacatepéquez, donde trabajaron dos días. Por órdenes superiores, debían dar un análisis favorable a TCQ, dijo.