Las conclusiones de Guy Davies y su grupo apoyan la hipótesis que predice que los planetas que orbitan muy cerca de su estrella quedan despojados de su atmósfera debido al calor y a la intensa radiación.
“Para esos planetas, es como si estuvieran cerca de un secador de pelo encendido con la máxima potencia. Hay mucha especulación teórica que establece que los cuerpos de ese tipo deben haberse quedado sin atmósfera. Ahora tenemos la confirmación observacional”, señaló Davies en un comunicado de su universidad.
Los investigadores creen que ese escenario puede producirse en todos los planetas de estructura rocosa envueltos en capas externas gaseosas.
Para obtener sus resultados han utilizado una técnica que analiza las oscilaciones periódicas en la superficie de los objetos lejanos y permite conocer su composición con gran precisión.
La estructura interna y las condiciones de cada cuerpo condicionan esas vibraciones, por lo que los astrónomos pueden inferir los elementos que lo componen a partir de esos movimientos.
Davies sostiene que los resultados de su estudio tienen importantes implicaciones para comprender la evolución de los sistemas planetarios y la función de las estrellas centrales en la formación de planetas.
“Nuestra investigación muestra que los planetas de un determinada tamaño que se acerca a sus estrellas debieron de ser mucho mayores al principio de sus vidas. Esos planetas habrían sido muy diferentes” si estuvieran lejos de la estrella, según el científico.
Los investigadores mostraron además su esperanza de que el telescopio espacial TESS, que la Nasa tiene previsto lanzar en el 2017, así como otros nuevos instrumentos orbitales, permitan corroborar sus observaciones.