Mynor Gómez, delegado de la filial del Mineco, comentó que los jóvenes visualizan una oportunidad de desarrollo a través del comercio. Estimaciones de la dependencia, citan que mensualmente se registran 50 nuevos negocios en el departamento y se cancelan 15.
“No hay una cifra exacta, pero se calcula que en Quetzaltenango hay 50 mil microempresas, sin contar los negocios del sector informal”, señaló Gómez.
Isaías de León, presidente de la Cámara de Industria, filial Occidente, estima que el crecimiento de las microempresas en el departamento es del 5 al 7 por ciento anual.
“En Quetzaltenango es más frecuente que las microempresas estén presentes en el casco urbano, porque los jóvenes universitarios que se gradúan o que tienen una preparación técnica no encuentran empleo, entonces optan por un negocio propio”, comentó De León.
Freno a la migración
En Quetzaltenango, el Mineco se ha enfocado en promover la creación de microempresas en los municipios donde no hay oportunidades laborales, así que a través del emprendimiento las genera.
“Con empleo, los jóvenes ya no piensan en migrar y se dinamiza la economía local, se genera mayor circulación de dinero, lo que impulsa un crecimiento económico y este, a su vez un desarrollo”, destacó Gómez.
Magada Canastuj, delegada del Registro Mercantil, indicó que cada día más personas acuden para inscribir empresas individuales.
Agregó que es común que atiendan a personas provenientes de los departamentos del occidente y en su mayoría optan por dedicarse a la compra y venta de alimentos.
Emprendedores
Édgar Velásquez, de 45 años, se dedica, junto a su familia, a la elaboración y venta de artesanías, principalmente de carteras con diseños típicos. Comenzó en el negocio hace 22 años, cuando enfrentaba una crisis económica.
“Se nos habían cerrado las puertas, no teníamos empleo y mi suegro se dedicaba a elaborar artesanías, entonces con mi esposa decidimos fabricar una docena de libretas con diseños típicos, las vendimos y así iniciamos”, relató Velásquez.
“Tener este negocio nos da libertad de tiempo. Cuando es algo propio uno cumple mejor sus sueños es bueno pasar de empleado a dueño”, afirmó Velásquez.