Después de responder durante dos horas a la comisión que investiga las supuestas implicaciones de gobernantes peruanos en el caso Lava Jato, el mayor escándalo de corrupción en Brasil, la primera dama reiteró que acompañó a Humala a las reuniones con empresarios de diversas nacionalidades, incluidos brasileños, en la campaña electoral, previa a su asunción al poder en julio del 2011.
“Esto no ha significado, en ninguna de estas reuniones, ni sobornos, ni coimas, ni vinculación alguna con respecto a ningún proyecto, concesión u obra”, remarcó la también presidenta del gobernante Partido Nacionalista.
El presidente de la comisión investigadora, Juan Pari, declaró esta semana que a Heredia se le preguntaría sobre las supuestas reuniones con empresarios brasileños anotadas en unas agendas suyas que son materia de investigación por parte de la Fiscalía por presunta financiación irregular del Partido Nacionalista.
Heredia añadió haber sido reiterativa en sus declaraciones de que “nos hemos reunido en campaña electoral, como se han reunido todos los candidatos, y como debe ser porque todos los actores sociales, políticos y económicos deben conocer cuáles son los puntos de vista de los candidatos presidenciales”.
La esposa de Humala no aclaró a los periodistas si Ollanta acudirá también a declarar ante la comisión parlamentaria, luego de indicar que habrá que preguntárselo a él mismo.
Respecto a las investigaciones en curso sobre sus anotaciones en las agendas, que corresponden presuntamente a hechos del 2007 hasta el 2011, Heredia explicó que ha presentado quejas por faltas administrativas y delitos contra los peritos de la Fiscalía que no tomaron en cuenta las grafías que aportó en la investigación.
La comisión parlamentaria acordó previamente levantar el secretario bancario a 432 personas físicas y jurídicas, entre ellas Nadine Heredia, los expresidentes Alan García (1985-1990 y 2006-2011) y Alejandro Toledo (2001-2006) y el exministro Pedro Pablo Kuczynski, según el periódico La República.
El caso Lava Jato (lavado de autos) es la mayor investigación policial de la historia de Brasil, con casi mil años en condenas, cientos de investigados, entre ellos el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, y unos US$828 millones recuperados hasta ahora de operaciones fraudulentas.