CON NOMBRE PROPIO
Derechos humanos y Usted
Impresionantes comentarios vemos en las redes sociales sobre los derechos humanos e increíbles palabras brotan de “dilectos” orientadores de opinión sobre que “los derechos humanos son solo para los delincuentes”. Así, de forma solapada, se promueve que las fuerzas de seguridad se organicen para de nuevo montar procesos de “limpieza social”, porque la “delincuencia solo así se combate”.
La ignorancia es permisible, pero la desinformación de mala fe con el único objeto de conseguir puntos para mostrar una “verdad” como incuestionable es una práctica reprochable.
Muchas definiciones pueden existir en torno a lo que debe entenderse por derechos humanos, pero para que quede claro, sin derechos humanos el Estado (el Poder) haría lo que quisiera con nosotros. Eso, aunque nos neguemos a verlo, ya no pasa con la impunidad de antes y sí hay avances significativos.
El gran violador de los derechos humanos es el Estado. Existen quienes sostienen que solo el Estado viola los derechos humanos y otros sostenemos que no solo el Estado, pero eso es tema para otro día.
En la década de 1970, pensar y opinar en contra del Gobierno era sinónimo de muerte. Escuadrones de terror, bajo la protección del Gobierno o de partidos políticos, sembraban muerte. Si algo han tenido estos 30 años de gobiernos constitucionales es un respeto exponencial a la libertad de expresión (y todavía hay amenazas). Periodistas de izquierda y de derecha fueron secuestrados, amenazados y asesinados; deberíamos tener un poquito de historia por las venas antes de hablar de estos temas.
Guatemala tiene un horroroso monumento judicial, ese símbolo se llama tribunales de fuero especial. Esos tribunales condenaron a muerte a personas bajo el supuesto de que eran asesinos o violadores, pero el gran problema es que todas esas personas no gozaron de un proceso judicial, sino que estaban condenadas desde haber sido capturadas. Así de fácil. Jueces sin rostro y secretos, con procedimientos sumarios, sin garantías ni los más elementales derechos para cualquier procesado produjo la dictadura de Ríos Montt. Si usted se identifica con esa práctica, usted no es democrático, no es tampoco republicano, menos liberal, no respeta los derechos humanos, usted es un amante de la dictadura, y la democracia ni por casualidad es su sistema. Eso sí, ojalá sea congruente y cuando usted sea víctima de una policía abusiva no alegue “violación a sus derechos” porque esas son las reglas que usted escogió.
Hay cientos de historias sobre “pruebas plantadas por la autoridad”, cientos de procesados han cumplido su pena “con la prisión provisional” y siguen detenidos. El Sistema Penitenciario es un antro de crimen y descomposición, así que estamos muy lejos de cumplir con los derechos humanos y menos para “los delincuentes”.
La lucha contra la delincuencia solo se hace con el derecho bajo el brazo. Respetemos a quienes defienden la pena de muerte como válida y muestran argumentos jurídicos y filosóficos de peso a su favor; sin embargo, a quienes abogan por ella con alabanzas al fuero especial del 82 mejor invitémoslos a otra parte.
Guatemala fue por muchos años un Estado terrorista, muchos queremos que deje de serlo. Usted decide, hay dos caminos: construir una democracia cada vez más sólida (aunque tengamos grandes imperfecciones) o regresar al pasado, donde un general (acompañado siempre de un abogado) dictaba los futuros de sus súbditos y mandaba a matar a quien sea “para resguardar el orden”. Al tomar la decisión piense en sus hijos y sepa que los ciudadanos comunes no están jamás del lado del poder, sino debajo de él.