Economía

China se propone crecer entre 6.5%  y 7% en 2016 

China se ha fijado por objetivo en 2016 un crecimiento económico "entre 6.5 y 7%", y está dispuesta a dejar aumentar el déficit para intensificar su política de estímulo fiscal.

“Este año, las dificultades serán más numerosas y mayores, y los retos más temibles, por lo que nos tenemos que preparar para un duro combate”, anunció el primer ministro, Li Keqiang, en su discurso del inicio de la sesión anual de la Asamblea Nacional Popular, el Parlamento chino.

En 2015, el PIB chino creció un 6.9%, a su ritmo más bajo en un cuarto de siglo.

Y desde hace meses, los indicadores de la segunda economía mundial están en rojo: demanda interna mediocre, comercio exterior en caída, contracción de la actividad manufacturera, estancamiento de las inversiones en el sector inmobiliario, sobrecapacidades en la industria, fugas de capitales, turbulencias en las bolsas.

Las autoridades no dejan de defender “la nueva normalidad” de un crecimiento menor pero más sostenible y centrado en los servicios, el consumo interno y las nuevas tecnologías.

Pero en este periodo de transición, el sector terciario, que representa ahora el 50.5% del PIB chino, está tardando en tomar el relevo de los motores tradicionales del crecimiento (sector inmobiliario, infraestructuras, exportaciones).

Para favorecer dicha transición, el primer ministro chino explicó que quiere “suprimir las capacidades de producción excedentarias”, mediante la reestructuración de los grandes grupos estatales, lo que llevará a suprimir puestos de trabajo.

Asimismo quiere “una solución rápida” para las firmas “zombis”, las empresas no rentables del sector minero y la siderurgia que sólo sobreviven gracias al endeudamiento y los subsidios públicos.

Voluntarismo fiscal

Para frenar el alarmante estancamiento de la actividad, China mantendrá una política monetaria muy acomodaticia, e “intensificará” sus medidas de reactivación presupuestaria, afirmó Li.

El déficit presupuestario ascenderá así este año al 3%, frente al 2.3% que alcanzó en 2015. Buena parte de ese déficit vendrá de la extensión generosa de una serie de exenciones de impuestos a las empresas.

Además, el gobierno incrementará sus inversiones en infraestructuras de transporte y energía. Como parte del 13er plan quinquenal (2016-2020), se invertirá por ejemplo el equivalente de 375.000 millones de dólares en la construcción de vías férreas y carreteras.

Los analistas advierten de los peligros de un aumento de la deuda pública y privada, y acerca de los riesgos del crédito tras una reciente explosión de los préstamos bancarios.

Según un cálculo de la agencia Bloomberg, la deuda total china (entre endeudamiento público y privado) se acerca al 250% del PIB.

Pero Li insistió en que las medidas de estímulo fiscal son “necesarias, factibles y seguras”.

Por otro lado, el país adoptó para 2016 un objetivo de inflación de “en torno al 3%”, muy por encima del nivel actual, y espera mantener el desempleo “por debajo del 4,5%”.

En cambio no se formuló ningún objetivo para el comercio exterior, que en 2015 se contrajo un 8%, muy lejos del aumento del 6% que esperaban las autoridades.

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