Cristina de Borbón, la primera persona de la familia real española que se sienta en un banquillo, se acogió a su derecho a no declarar y solo contestará a las preguntas de su abogado.
Su marido Iñaki Urdangarin, que el miércoles concluyó su declaración luego de 16 horas de comparecencia, afirmó que nunca pretendió usar a su esposa como “escudo fiscal” y que ella “nunca ha intervenido en la economía familiar”.
El marido de Cristina de Borbón está acusado de tráfico de influencias, malversación, prevaricación, fraude, estafa, falsedad, delitos contra Hacienda y blanqueo de capitales por su gestión en el Instituto Nóos, entidad sin animo de lucro a la que supuestamente desvió varios millones de euros de fondos públicos, por los que la acusación pide penas de entre 11 y 26.5 años de prisión.
Casa Real señalada
¿Hasta qué punto la Casa Real española y Juan Carlos I conocían los negocios de su yerno, principal acusado en un macrojuicio por malversación de dinero público? Este se ha convertido en uno de los grandes interrogantes del juicio.
Iñaki Urdangarin, exmedallista olímpico de balonmano casado con Cristina de Borbón, segunda hija de Juan Carlos y Sofía de España, está acusado de haber malversado seis millones de euros junto a su exsocio Diego Torres.
El juicio se abrió en enero ante un tribunal de Palma de Mallorca, en las mediterráneas islas Baleares, y hace casi un mes que están declarando los 17 acusados.
Paradigma de la corrupción que indigna a España, este caso fue uno de los escándalos que provocaron la abdicación en el 2014 de Juan Carlos I, con la popularidad bajo mínimos luego de haber sido muy respetado durante décadas como artífice de la democratización después de la dictadura franquista (1939-1975) .
En sus declaraciones, Urdangarin y Torres se esforzaron por exculpar a la infanta al tiempo que aseguraban haber informado de todas sus actividades a responsables de la Casa del Rey como Carlos García Revenga, exsecretario personal de las dos hijas del monarca.