CON OTRA MIRADA
En la víspera de las elecciones generales
Mañana domingo, de 7 a 18 horas, estarán abiertos los centros de votación en toda la República y algunas ciudades de EE. UU., para que los guatemaltecos debidamente empadronados elijamos presidente, vicepresidente, diputados y alcaldes. Es el proceso eleccionario más atípico de nuestra historia, en el que el fantasma del fraude no deja de estar presente.
Anteriormente, además de predecible, el sablazo era burdo: robo de urnas, conteo de papeletas por quienes lo fraguaban desde el Palacio Nacional, corte del servicio eléctrico, etcétera. Ahora la diferencia está, a pesar de haber más institucionalidad formal a cargo: Registro Nacional de las Personas (Renap), Tribunal Supremo Electoral (TSE) y Registro de Ciudadanos (RC), en que el ejecutivo desnaturalizó la administración pública, copó los organismos Legislativo y Judicial, y propició que 107 diputados firmaran el Pacto de Corruptos (15Sept2017), cuyo objetivo fue garantizar la seguridad de los signatarios y mantener el control de los negocios públicos.
Según información de prensa, la semana pasada fueron sustraídas del Renap tarjetas vírgenes del Documento Personal de Identificación, lo que supone que habrá “nuevos ciudadanos exprés”. La última fecha para la actualización de datos y nuevos empadronamientos fue el pasado 17 de marzo. Cabe preguntar entonces cómo serán incluidos en el padrón electoral a cargo del Registro de Ciudadanos, qué mesas electorales contarán con esa información, y un largo etcétera que requiere de una maquinaria aceitada y una logística coordinada.
Por su parte, la encuesta de Cid Gallup, publicada el miércoles 12, resalta que las candidaturas valederas se centran en dos personajes que compiten contra el candidato puntero que el gobierno elevó al primer lugar, eliminando a todo aquel que hiciera sombra. La asustada derecha la hizo suya, pues se trata de sus candidatos, al tiempo que el documento ignora a los aspirantes democráticos y minimiza su porcentaje de intención de voto.
La encuesta fue ilustrada con gráficas, números y porcentajes, junto a proyecciones de los tres preferidos, hasta la posible segunda ronda del 11 de agosto, dándoles validez absoluta con cuatro días de antelación. Parece broma copiada del meme que circuló en redes sociales, como negro presagio: “Ya tenemos los resultados, solo faltan las elecciones”. Todo indica que en su formulación, realización y deducción de resultados prevalecieron las taras que nos retrata como guatemaltecos: clasismo, racismo y misoginia. Así como que el universo de consulta estuvo concentrado en áreas urbanas y zonas de la capital notoriamente de nivel socioeconómico superior al del resto del país.
' Todo parece indicar que los ninguneados por los encuestadores podrán dar la sorpresa mañana.
José María Magaña
La Ley Electoral y de Partidos Políticos penaliza el uso de recursos del Estado, propaganda, regalos y demás beneficios dados con el fin de obtener votos. Aun así, hemos sido testigos de cómo el partido que hace gobierno, como el que empuja, violan abiertamente la ley sin que institución alguna actúe y evite el fraude en proceso.
Como simple observador, ajeno a la metrópoli, conozco una realidad diferente a la reflejada en la encuesta comentada. Noto, por ejemplo, una clara disposición de mis interlocutores cotidianos por entregar su voto a candidatos democráticos. Es decir, provenientes de partidos políticos pequeños que hayan hecho gobierno o no, pero que no tienen tacha, fuera de la jugada a los 107 signatarios del Pacto de Corruptos.
Es más, todo parece indicar que los ninguneados por los encuestadores podrán dar la sorpresa mañana de la mano de un electorado cansado de tanta corrupción, impunidad e inmunidad, que no pertenece ni habita el paraíso fingido de la Zona Viva y Cayalá.